miércoles, 29 de diciembre de 2010

Capítulo 17: La liberación del sello

Makoto se dio media vuelta, y sin decirnos nada a Yuki ni a mi, salió corriendo rápidamente. Al ver esto, Yuki alejo sus manos de mí como si al contacto con mis hombros se hubieran quemado. Yuki veía a Makoto huir a lo lejos y con sus ojos llenos de pesar, dijo en voz baja:
-¿Por qué de entre todas las personas, tenía que vernos él?
-Es tu culpa por lo que trataste de hacer.
Le respondí a Yuki, viéndolo con frialdad.
-Discúlpame Akari-kun,-agrego Yuki un poco sonrojado, sonriendo-, es sólo que en verdad me gustas, y no supe como reaccionar.
-Pero yo no siento lo mismo… Iré a hablar con Makoto, y por favor Yuki-kun, hagamos de cuenta que esto nunca pasó.
Yuki quería protestar, pero yo no lo escuche, me fui del lugar corriendo lo más rápido que podía en busca de Makoto para aclarar las cosas con él. Me resulto difícil creer en las palabras de Yuki, ya que este era un chico realmente apuesto, alegre y simpático, era de los estudiantes mas populares de primer nivel, y estaba seguro de que tenia muchos pretendientes, tanto chicos como chicas. No sólo eso, en ocasiones lo había visto coqueteando con algunos, pero con Makoto era diferente, nunca había visto que le pusiera tanta atención a nadie como a él, por eso el que Yuki estuviera enamorado de mi era algo muy improbable.
Finalmente encontré a Makoto sentado a la sombra de un árbol, no estaba llorando, pero se veía muy triste.
-Makoto-kun…
Le llame con inseguridad, mientras me acercaba a él. Al verme, Makoto se paro de un salto, mirándome como si acabara de ver un fantasma.
-Akari-kun… ¿Qué haces aquí?
-Quiero aclarar las cosas contigo, veras, lo de hace un rato…
Makoto bajo la vista, y me contesto con voz débil y apagada.
-Descuida, no tienes por que explicarme nada a mí, es tu vida, y tú tienes el derecho de estar con quien tú quieras… ¿por qué debería molestarme esto?
-Makoto-kun… ¿a ti te gusta Yuki, no es así?
Makoto no me dijo nada, alzo las orejas al escuchar mi pregunta, pero no levanto la vista.
-¿Sabes? Yo quiero mucho a Yuki, pero como amigo, nada más… Después de todo, ustedes 2 me ayudaron mucho cuando llegue a Maho, de no ser por ustedes quien sabe que hubiera hecho. Por favor, créeme Makoto-kun.
-Te creo Akari-kun, pero… las actitudes que tiene Yuki hacia contigo, no deberían sorprenderme, yo lo vi muy interesado en ti desde que te conoció…
-Yuki es muy coqueto,-le respondí a Makoto sonriéndole nerviosamente-, no deberías tomar en serio las cosas que hace o dice a los demás.
-Yo lo sabía,-continúo hablando Makoto, cerrando los ojos para evitar llorar-, que no debía fijarme en Yuki, pero no pude evitarlo. Aun así, no me sorprende que se fije en alguien como tu Akari-kun, ya que yo… yo soy tan débil e inseguro, jamás alguien tan maravilloso como Yuki se fijaría en alguien como yo…
-Makoto-kun…
Desde que conocía a Makoto, había notado que su autoestima era baja, pero hasta en esa ocasión, no me había percatado de que tan inseguro era respecto a si mismo. Pensaba en que poder decirlo para animarlo, cuando llegaron Mizu y Hikari.
-¡Oigan! ¡Ya empezó el duelo! ¿Sabían que les tocaba a Karasi y a Yami?
-¿A ellos 2? ¿En serio?
-Si, están en desventaja y necesitan nuestro apoyo, se enfrentan a una chica con poderes espirituales y a un chico que utiliza técnicas de Ninja.
-¿Poderes espirituales y técnicas de Ninja dices?
Al instante, me vinieron 2 personas a la mente. Pensaba en las probabilidades de que ellos 2 en verdad fueran estudiantes de Hisui, cuando sentí como Makoto tomo mi mano y me dijo sonriendo:
-Vamos, tenemos que animar a Karasi y a Yami.
-Pero Makoto, de lo que hablábamos…
Makoto me jalo y me hizo caminar con él, dándome a entender que no quería seguir hablando del asunto de Yuki, me sentí algo molesto con él por usar el duelo como una excusa, pero finalmente decidí darle por su lado.

***
Yami estaba de cunclillas en el suelo, este se veía muy agotado, detrás de él estaba Karasi, en el mismo estado. En el otro extremo de la arena de duelos, me sorprendí de ver a Hitomi y a Yashida, los 2 halfs que habían atacado a Yue por razones las cuales yo desconocía. (*Nota: Si no recuerdan esto, salen en los capítulos 8 y 9).
Yashida dio un gran salto, y desde el aire comenzó a aventarles shuriken a sus adversarios. Yami activo un escudo, evitando el veloz ataque de Yashida, pero al ver esto, Hitomi saco 2 pergaminos benditos de su uniforme, y los lanzo alrededor del escudo de Yami. Esta se concentro y al instante, los pergaminos comenzaron a brillar, y ante la mirada atónita de Yami, su escudo se fue desvaneciendo poco a poco. Yashida llego rápidamente al lado de Karasi y comenzó a realizar un hechizo.
-¡Mi sagrado dios Hattori, yo te invoco, préstame tu fuerza! ¡Las mil agujas del dolor!
Dada la increíble velocidad de Yashida, Karasi no tuvo tiempo de reaccionar, y fue atacado directamente por el hechizo de este. Al impacto con su cuerpo, comenzaron a surgir en su piel miles de profundas cortadas. Totalmente debilitado, Karasi cayó al suelo inconsciente.
-¡Karasi!-Grito Yami al ver a su compañero en el suelo.- ¡Maldito insecto, me las vas a pagar!
Yami comenzó a concentrar su energía, pero antes de que hiciera cualquier cosa, Hitomi se agacho y comenzó a dibujar unos símbolos en el suelo, en japonés antiguo.
-Por favor, retírate Yashida-dijo Hitomi con voz tranquila, volteando a ver a Yami-, como miembro del clan Shinto, yo debo encargarme de esto…
-Vas a morir.-Dijo Yami viéndola con un profundo odio-¡Garras de sangre!
-Rim, byoo, too, sha, kai, jin, retsu, zai… ¡¡zen!!
Al instante de que Hitomi termino de decir su mantra, un escudo apareció alrededor de ella, disolviendo por completo el hechizo de Yami. Este la miro con incredulidad, mientras Hitomi blandía su bastón ceremonial para realizar otro hechizo.
-¡Castigo divino!
Yami trato de impedir el hechizo de Hitomi con un escudo, pero este fue atravesado sin problemas, derribándolo al suelo. Tras unos segundos, Yami con el rostro lleno de dolor, trato de levantarse del suelo, pero fue en vano, finalmente cayo al suelo inconsciente, declarando a Hitomi y a Yashida como ganadores del último duelo de primer nivel.
Yo no podía creerlo. Por el momento, Yami y Karasi eran los estudiantes mas fuertes de primer nivel en Maho, y en cuestión de minutos, Hitomi y Yashida les habían ganado. Sin duda, Hitomi era una persona con unos poderes espirituales increíbles, y Yashida era un oponente muy veloz y con mucha habilidad para las peleas cuerpo a cuerpo. Pero al instante, me vino a la mente mi primer encuentro con ellos en Maho, y lo que había sucedido con Yue. Pensando las cosas mas seriamente, si Hitomi ya sabía que Yue estaba aquí… ¿acaso no intentaría asesinarlo de nuevo? ¿O acaso lo había evitado por los sentimientos que esta tenía hacia Yue? No pude evitar mirar minuciosamente las gradas, preguntándome si Yue también se había percatado de la presencia de Hitomi.
  
***
Habían tantos alumnos saliendo de la arena de duelos, que entre la muchedumbre me perdí y me aleje de mis amigos. Caminaba lentamente, volteando de lado a lado buscándolos, cuando al avanzar hacia atrás, choque con alguien.
-¡Lo siento mucho, perdón!
Me disculpe torpemente, y al abrir los ojos, me encontré con Yue. De inmediato, recordé las palabras que nos habíamos dicho antes de lo que paso con Yuki, y me quede frente a él, incomodo, sin saber que decir. Yue debía sentirse igual, pues bajo un poco sus plateadas orejas, y volteo su rostro.
-Ah… Sobre lo de hace rato-, le dije hablando con timidez y con voz mas baja de lo normal-, lo que me dijiste…
Yue volteo a verme sin decir nada, en esos momentos, su mirada no era para nada fría y cruel, al contrario, era muy tímida e insegura. Viendo que no me contesto nada, seguí hablando.
-Lo que me dijiste, que me alejabas de ti por que no deseabas lastimarme… ¿a que te referías?
Yue volteo su cuerpo un poco, y alzo la vista al cielo, entonces, mire con sorpresa como al contestarme, me sonrío con complicidad.
-Akari de Zarael, en verdad eres extraño… nunca había conocido a alguien como tu antes. A alguien que se atreviera enfrentarse a mí, y que me dijera mis verdades sin titubear… Así que, finalmente dejaste salir todo el odio que tenías hacia mí con esas palabras ¿verdad?
-¡Te equivocas Yue! Yo no te odio, claro que no. No es odio, es más bien, disgusto… Disgusto y desesperación por tu crueldad y por esa barrera tuya que no me permites atravesar.
Yue volvió su vista hacia mí, y me miro con un poco de tristeza.
-Lo peor de todo esto, es que tienes razón. He hecho cosas horribles, y por no querer que se repitan, me fui alejando cada vez mas de las personas que me apreciaban y que yo apreciaba. Es cierto lo que dijiste, que mi propia soledad me ha atrapado, y mucho me temo que ya no se como salir.
-Yue tonto…-Lo interrumpí, sonriéndole con ternura-. Tu puedes huir de tu soledad por decisión propia, a pesar de todo esto, yo se que hay muchas personas que te aprecian, entre ellas yo…  
Yue bajo la vista y me respondió:
-Pero me da miedo… no quiero volver a lastimar a nadie mas, es lo que menos deseo.
-¿Por qué las lastimarías? ¿Tiene que ver con lo que le paso a tu ojo, y la vez que Hitomi te ataco?
-Si…
-Yue… ¿te importaría contarme de que se trata?
-…
Sin embargo, Yue ya no pudo contestarme pues escuchamos la voz de Makoto detrás de nosotros.
-Akari-kun, aquí estas, finalmente te encontré. Discúlpame por la manera tan infantil en que me comporte hace rato, pero no deseo que las cosas se queden así entre tu y yo. Lo pensé mucho, y no por que Yuki halla intentado besarte significa que…
Makoto abrió mucho sus ojos, y se sonrojo por completo al ver a Yue al lado de mí, al parecer, Makoto sólo me había visto a mí, y no se percato de que Yue estaba a mi lado.
-¿Cómo?-Dijo Yue sorprendido, alzando las orejas-¿Yuki intento besarte?
-Ah… si…-Le conteste avergonzado, no quería que nadie se enterara de ese incidente-.Pero no significo nada, él trato de besarme a la fuerza, pero es obvio que yo no me iba a dejar. Además, Yuki es un chico muy agradable a pesar de ser algo coqueto a veces, de seguro esto tiene una explicación… ¿Verdad Makoto-kun?
Makoto no dijo nada, tenia la mirada en el suelo, aun muy sonrojado, sabía perfectamente que había sido una imprudencia suya hablar sin darse cuenta si yo estaba solo o no.
-A la fuerza…
Dijo Yue en voz baja, cambiando su semblante a su habitual mirada fría. Yue se dio media vuelta y comenzó a caminar.
-¿Y ahora a donde vas?
-¿Cómo que a donde? A darle su merecido a Yuki.
-¿¡Que!? ¿Pero por que?
-¿Cómo que por que?-Me dijo Yue, volteándome a ver furioso-. Ese imbécil trato de besarte, y si hay algo que detesto es a las personas que se aprovechan de la debilidad e ingenuidad de los demás… ¡me repugnan! Además, tengo asuntos pendientes que arreglar con él desde hace tiempo.
-Ay, vamos, relájate, no debes hacer esto por mi.
Trate de persuadirlo, sonriéndole un poco para que la tensión en el ambiente se calmara.
-No es sólo por ti, he visto como ese inútil le coquetea a cualquier cosa que se le pare enfrente, ya es hora de que alguien le de una lección, y meterse con pequeñines indefensos, gritones y enojones como tu, solo empeoran las cosas.
-¿¡A quien le dices pequeñín gritón!?-Le grite-. ¡Yo no soy ninguna damisela en peligro ni nada por el estilo! ¡No necesito que ni tu ni nadie me defienda!
Makoto nos vio a Yue y a mi alejarnos mientras discutíamos, sin saber que decir, ni atreverse a meter en el asunto, en esos momentos, ya se había vuelto un problema de Yue y mío.

***
Yue seguía buscando a Yuki, mientras yo lo seguía tratando de hacerlo entrar en razón. Sin darnos cuenta, llegamos a una parte deshabitada de los jardines de la escuela, la cual, se conectaba a un bosque en la parte lateral. Yue y yo no nos percatamos de que 2 sujetos nos espiaban desde la oscuridad del bosque.
Uno, era un chico alto y de cabello negro, traía una boina de diferentes colores, mientras que mantenía sus ojos ocultos tras unos lentes oscuros a la moda, y a pesar del calor, utilizaba una larga bufanda que llegaba casi hasta el suelo, y le cubría perfectamente el cuello. Este chico nos veía, sentado en la rama de un árbol, mientras apagaba el cigarrillo que había estado fumando segundos antes.
-Haaaa, esto ya se ha vuelto aburrido sensei…-Dijo el chico con tono caprichoso, mientras arrojaba la colilla del cigarro al suelo-. Además, no me gusta estar aquí, mis padres de seguro andan por los alrededores, y si se llegaran a percatar de mi presencia, todo sería muy incomodo.
-Yo no te obligue a que vinieras, Naga-kun.
Le contesto a una voz varonil al chico desde las sombras. Al instante, un hombre alto salio de ellas, completamente cubierto por una tunica con capucha, la cual ocultaba todo su rostro. Pero no cubría del bien toda su cabeza, pues un mechón largo y de color gris resbalaba por su hombro. …l hombre le volvió a hablar a Naga con voz tranquila y paternal.
-Fuiste tu el que insistió en acompañarme al saber a donde me dirigía.
-Es que quería verlo con mis propios ojos sensei… dígame… ¿es él?
-Así es…
-Ummm… pues ciertamente, si se parece mucho a usted, aunque su cabello es de un tono mas claro ¿no es así?
-En verdad creció desde la última vez que lo vi, ya no tiene esa mirada ingenua de antes…
El hombre sonrió, y saco de entre sus ropas una caja brillante y oscura, adornada con numerosas y valiosas gemas, además de tener escritas en sus paredes laterales runas antiguas. De repente, la caja comenzó a moverse vigorosamente de un lado a otro.
-Shhhh, tranquilo…-Dijo el hombre mientras sonreía fríamente-. En serio tienes ganas de salir ¿verdad? Si, si Shagaard, ese hombre fue muy inconsciente al dejarte encerrado tanto tiempo, no me imagino lo mucho que debiste sufrir así. Pero alégrate, tengo aquí el poder suficiente para romper su sello y dejarte salir… ¿debes estar hambriento o no? Apuesto a que la magia de Yue no es suficiente para alimentarte. Descuida, yo me encargare…
Sin decir más, el hombre de cabellos grises abrió la caja, y un enorme resplandor salio de ella.

***
-No tiene caso que me sigas Akari, estoy decidido a hacer esto.
-Pero Yue, no tiene caso que lo hagas, no ganaras nada con esto… ¡a veces eres tan terco!
De repente, Yue se detuvo. Estuve a punto de chocar con él, cuando vi como bajo la cabeza y se tiro de rodillas al suelo.
-¿Qué te pasa Yue? ¿Estás bien?
-No, por favor no… -Dijo Yue con voz temblorosa, cubriéndose el rostro con sus manos-. Por favor, no aquí, no ahora…
-¿Yue? ¿Qué tienes? ¿Te sientes mal?
-Akari… vete… huye rápido…
-¿Por qué lo haría? ¿Cómo crees que me iré y te dejare así?
-¡Vete antes de que sea tarde! ¡Vete antes de que te mate!
-¿Matarme?
Al ver como del cuerpo de Yue comenzaba a salir un gran y oscuro resplandor, retrocedí confundido, y un poco asustado. Una vez el resplandor se extinguió, Yue se levanto lentamente, y una risa fría y desgarradora salió de su interior, una risa gutural y escalofriante.
-Yue…
Dije casi en un susurro.
Yue quien me estaba dando la espalda, se volvió frente a mí. De un tirón, se arranco el parche que cubría su ojo izquierdo, y lo tiro al suelo despreocupadamente.
Me sorprendí de ver su aspecto, ahora sus 2 ojos lucían como el que mantenía oculto, rojos como la sangre, y con el iris negro y rasgado. 2 largos y afilados colmillos asomaban en su boca, y en su rostro, habían aparecido 4 marcas largas, color  negro.
-Se siente tan bien volver después de tantos meses…
La voz que se escucho, no sonaba para nada como la de Yue, era profunda y sombría, por un momento, me sentía como en el mismo infierno, además de que la energía que salía de Yue estaba cargada de poderes malignos, era muy poderosa, nunca antes había sentido una energía así.
-Yue…-Dije, mientras retrocedía lentamente-¿Que te ocurre?
-Vaya, vaya… pero que veo… Un hermoso ángel se ha aparecido frente a mi.-Dijo “Yue” con voz fría, mirándome muy interesado..-Zarael… ¿acaso eres tu? No… no lo eres, pero tus poderes son idénticos… Ya veo, un descendiente de Zarael, interesante.
-¿Quién eres tu?-Respondí, mirándolo cauteloso-¿Por que sabes que soy descendiente de Zarael? Eres… ¡un demonio! Acaso tú… ¿te apoderaste del cuerpo de Yue?
El demonio frente a mi, río fría y sombríamente, y me contesto sin dejar de mostrarme una sonrisa macabra.
-Que listo eres… Sin duda te han instruido bien chico, pero si sabes lo que te conviene, mejor aléjate de mi camino, que me muero de hambre. Tu energía se siente muy pura, y en verdad se me antoja probarte, pero creo que dejaré lo mejor para el final. En este lugar siento muchas y diversas energías de las cuales puedo alimentarte. Nos veremos en un rato más, hermoso ser de luz.
El demonio se materializo en una sombra, y comenzó a viajar através del suelo.
-¡Espera!
Comencé a seguirlo, no podía permitir que ese demonio, usando el cuerpo de Yue, fuera a alimentarse de los alumnos de Hisui y de Maho. Ya me había enfrentado a demonios antes como miembro del clan de Zarael, y mientras lo seguía, pensaba en que hechizo sería más efectivo para detenerlo.
De repente, vi como el demonio se detuvo. A unos metros de él, estaba una pared de vidrio que apenas y podía distinguirse, se trataba de un escudo, invocado con poderes espirituales. El demonio trato de atravesarlo, pero al contacto de su mano con el escudo, puso expresión de dolor, y la retiró al instante.
 Al ver a mi alrededor, me di cuenta que los 2 estábamos atrapados en ese escudo. Me preguntaba quien había hecho ese escudo capaz de detener al demonio, cuando escuche su voz de nuevo.
-¿Quién es el imbécil que se atreve a intentar detenerme? ¡Esfera de sombras!
Pero fue en vano, el hechizo desapareció al contacto con el escudo. Escuche al demonio gruñir con enfado, mientras se sujetaba el pecho con fuerza, entonces dijo en voz baja:
-Ya basta Yue… deja de interferir en mis poderes… ¡entiende que tu cuerpo es mío ahora! Y estás jodido si crees que te dejaré recuperarlo de nuevo, tú te vas a quedar dentro y encerrado para siempre,  como el maldito insecto perdedor que eres… ¡Ja, ja, ja!
-¡Columnas de luz!
Mi hechizo golpeo directamente al demonio, derribándolo al suelo. Este se levanto con dificultad, jadeando, y me grito mirándome amenazadoramente:
-¡Estúpido ángel! ¿¡Como te atreves a atacarme así!? ¡Los seres de luz como tu son tan molestos, debería arrancarte la cabeza y comérmela!
-Inténtalo.-Le respondí, mirándolo con frialdad-. ¡Yo no les temo a los demonios como tú, ahora sal del cuerpo de Yue, o te purificaré para acabar con tu miserable vida! ¡Brillo celestial!
El cuerpo de Yue se vio envuelto en sombras, y al instante que mi hechizo lo alcanzo, fue absorbido por las sombras de Yue. El demonio volvió a dedicarme una mirada interesada y llena de perversión al acercarse a mí.
-¿Cómo dices Yue? ¿Qué no me atreva a lastimar a este chico? Que egoísta de tu parte, si sabes que lo que mas me gusta es alimentarme de energía pura y sagrada como la de él, y este chico en verdad se ve delicioso. Y si no me dejan salir de esta barrera, no me queda mas que alimentarme de este hermoso ser que despide luz…
-¡Fénix de la luz!
Mi invocación derribo al demonio al suelo, este se levanto con numerosas heridas en su cuerpo y rostro, y dijo con voz fría y lasciva, mientras se lamía una herida de su mano.
-En verdad delicioso… ¡Sombra oscura!
El demonio me lanzo su hechizo, y con mi escudo apenas pude contrarrestar su ataque. Tenía miedo, jamás me había enfrentado a un demonio tan poderoso antes, pero no podía dejar las cosas así. Al abrir los ojos, y desactivar mi escudo, me di cuenta de que el demonio ya no estaba.
-¿Dónde está?-Pensé.-No puedo purificarlo pues le causaría un gran daño a Yue, él aun esta consciente, estoy seguro de eso ya que el demonio parece comunicarse con él… Además, sus hechizos no son tan fuertes como el poder que emana de su cuerpo, probablemente Yue está haciendo algo en su interior para contener su poder. Debo exorcizarlo, sólo así podré salvar a Yue. Pero ¿Dónde está?
Escuche ruidos de pasos detrás de mí, al instante, me voltee y lance un hechizo.
-¡Prisión de luz!
La sombra volvió a viajar rápidamente através del suelo, evadiendo mi ataque. Era tan rápido, que lo perdí de vista. Segundos después, escuche un zumbido detrás de mi, y al voltearme, me encontré con la maligna mirada del demonio usurpando el cuerpo de Yue.
Era demasiado tarde, me vi rodeado por unas densas sombras en todo mi cuerpo. Al instante, sentí todo mi cuerpo pesado, y caí al suelo. Esas sombras se apretaban a mi cuerpo, y me habían inmovilizado como si de sogas se trataran, comencé a toser al sentir la falta de aire en mis pulmones.
-Que mal, pequeño ángel, parece que estas atrapado… ¡Ja, ja, ja!
Río fuerte y sombríamente el demonio, mientras se acercaba cada vez más a mí.

+ Continuará +

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