martes, 12 de febrero de 2013

Preview. Capítulo 17

Hola a todos :) Gracias por seguir pasando por éste blog, esta vez logré escribir más pronto de lo planeado.Aún me falta una parte para acabar el capítulo,pues les seré sincera,me resulta algo difícil concentrarme con mi hermana en la habitación xDDD Por desgracia,yo antes me iba a usar la laptop a un cuarto que estaba solo,pero ahora ése cuarto pasó a ser el depósito de cachivaches y no me queda más remedio que estar en mi cuarto =_=
En fin,espero poder acabarlo en esta semana,mientras tanto,les dejo esta probadita.


Maho Neko
Segunda Temporada

§ Capítulo 17 §
Progreso hacia la verdad
Parte 2
— Akari de Zarael, finalmente nos conocemos.
Me habló Jiku, mostrándome una pequeña sonrisa. No le respondí nada, mi primer instinto fue retroceder hacia atrás, a pesar del espacio reducido de la jaula donde estaba encerrado, pero aún no podía mover mi cuerpo como quería.
— No debes temer, no te haremos daño.
Continuó Seito, tratando de tranquilizarme. Sin embargo, era obvio que las circunstancias en las que me encontraba indicaban lo contrario.
— ¿Quiénes… quienes son ustedes? —Junté fuerzas y hablé débilmente— ¿Qué quieren de mí?
— Yo soy Seito de Ryuga.
— Mi nombre es Jiku de Cronos, los dos somos estudiantes de la escuela Gaaram. Tal como dijo Seito, no debes alarmarte, sólo queremos charlar contigo.
— Si es así, ¿Por qué me encerraron? —Logré alzar un poco la vista. Al parecer, sólo era cuestión de que pasaran unos minutos más para poder moverme libremente de nuevo—. Sus compañeros de escuela me han hecho pasar malos ratos como para no creerles ni una palabra.
— Vaya, creo que no será tan fácil convencerlo. —Dijo Seito con tono burlón, rascándose la cabeza, sonriendo juguetonamente—.
— Aún así, debemos intentarlo. —Jiku mostraba un semblante triste. Se agachó para quedar a mi altura, y continuó hablándome con tono cuidadoso—: Akari-kun, yo soy el oráculo de Gaaram, he visto todo lo que va a pasar, y sé que sucederá respecto al último juez, o más bien… con Belial. —Miré con mucha atención y sorpresa a Jiku, éste continuó con su mirada de derrota. No fui capaz de contestarle nada, no entendía por qué razón me estaba diciendo todo eso—. Por supuesto, se también que papel juegas tú en todo esto. Seito y yo estamos aquí para tratar de convencerte de que vengas a Gaaram con nosotros, junto con Yue… mejor dicho, junto con Shagaard.
— ¿Mi papel? —Pregunté sin poder comprender aún, incapaz de ordenar mis ideas. Llegaron a mi mente los recuerdos de la información que Yue y yo habíamos descubierto en los libros de la biblioteca de Maho [1], sin embargo, no había leído nada referente a mi clan. Lo único que sabía era que Zarael era una de las responsables de la derrota del último juez—. Yo no tengo nada que ver en esto, ¿qué quieres decir?
— Entiendo, no sabes nada aún. —Jiku desvió un momento la mirada, antes de continuar hablando—. Akari-kun, tú eres uno de los tres ángeles que se sacrificarán para traer de vuelta a Belial, eres el ángel de la esperanza, el ángel que le corresponde a Shaagard, la contraparte del demonio de la destrucción.
Más recuerdos se amontonaron de nuevo en mi confundida mente, ahora aparecían una tras otras las imágenes de cuando Shagaard me decía que yo era su ángel, y la vez en que Tsuki me había dicho que compartíamos el mismo destino, pues los dos éramos ángeles ¿Se referían a lo que Jiku me estaba diciendo?
—N-no puede ser…—Susurré con incredulidad, mientras intentaba sentarme, cosa que sorprendentemente estaba logrando—. Es una mentira, yo no tengo nada que ver en esto, ¡a mí nunca nadie me dijo nada sobre esto!
Jiku no me contestó, ésta vez, me mostró una mirada cálida aunque seguía siendo muy triste. Seito fue el que tomó la palabra:
— ¿Crees que todo es una coincidencia? Un mes después de iniciar las clases en Maho, llegas tú Akari de Zarael, como alumno nuevo de primer nivel, justo en el momento en que Yue de Dasarev, el huésped de Shagaard, se queda sin compañero de equipo. Los dos se convierten en compañeros a causa de esto, y con el tiempo se hacen amigos. Tiempo suficiente para que Shagaard se dé cuenta de que tú eras su contraparte, el ángel para estabilizar el balance entre la luz y oscuridad que alimenta los poderes del último juez.
— Todo estaba destinado a pasar así—dijo Jiku, mirando como Seito sonreía cruelmente—.
— ¿Es a causa de que soy del clan de Zarael? —Pregunté, olvidándome por un momento que debía estar alerta por si trataban de lastimarme—.
— Si, tienes justo los poderes que se necesitan, los poderes espirituales provenientes de un ángel.
Seito cruzó los brazos, bajando la vista con gesto impaciente y algo nervioso. Por su parte, Jiku continuó hincado, mirándome dulcemente. Era como si quisiera darme a entender que él sabía como me sentía en esos momentos.
— ¿Por qué habría de creerles? —Pregunté jadeando un poco, mientras por fin lograba retroceder a una de las esquinas de las jaulas, la más alejada posible de donde ellos estaban—. Aunque seas el oráculo, no entiendo porque ustedes me están confesando todo esto ¿No sería más fácil para Gaaram tan sólo llevarme a la fuerza, y usarme cuando sea necesario?
— Pensamos que sería mejor si vinieras por tu propia voluntad.
Respondió Seito, volviendo a fijar su vista en mí, Jiku no agregó ni una palabra, sólo bajó la vista con decepción.
— ¿¡Quién querría eso!? ¿¡Acaso están locos!? —Me fue imposible bajar el tono de mi voz al escuchar como hablan tan tranquilamente sobre traer de vuelta al último juez, aquella bestia que había acabado con tantos inocentes—. Los escuché minutos antes de que se acercaran a mí, ustedes no están con Xei ran ¿verdad? Ustedes sólo fingen estar de su lado… ¿Cuál es su verdadero propósito? ¿Por qué quieren convencerme de ponerme de su lado?
— Tú…—Susurró Seito, palideciendo a causa de la sorpresa. Miré con nerviosismo como comenzaba a concentrar su magia en su mano izquierda—. Al parecer escuchaste más de lo que debías, pequeño half entrometido.
Seito estaba a punto de lanzarme un hechizo, cuando Jiku lo detuvo sujetándolo del brazo. Seito sólo atinó voltear a verlo con confusión.
— Yo también formo parte de todo esto—dijo Jiku con tristeza—, soy el oráculo de mi clan, por eso vi todo sobre el regreso de Belial antes de llegar a Gaaram. Pude ver por medio de premoniciones que mi papel es abrir la puerta dimensional que traerá de vuelta el cuerpo del último juez. Sacaré su cuerpo de ése lugar donde todos esos poderosos y justos dioses lo encerraron años atrás. —Jiku hizo una pausa de unos segundos, mostrando una sonrisa amargada—. Hace años, mi dios Cronos encerró el cuerpo de Belial en ésa dimensión, y mi deber es traerlo de vuelta con los mismos poderes que utilizó mi dios.
— No puedes hacerlo—me atreví a hablar de nuevo, con rudeza—. No por que hayas visto esas premoniciones se supone que debas hacerlo, si tú no quieres hacerlo, no tienes porque…
— Pero Jiku y yo así lo queremos. —Interrumpió Seito mirándome con frialdad—. Traeremos de vuelta al último juez, lo dejaremos sin mente para poder controlarlo, y de esa manera, acabaremos con todo el dolor y las injusticias que hay en Nova. Jiku vivirá en el mundo que se merece, y yo obtendré la venganza ante aquellos que asesinaron a mi hermana. —La mirada de frialdad de Seito fue sustituida por una llena de rencor—. Ahora que entiendes tu papel en esto Akari-kun, debes venir con nosotros a Gaaram.
— No hay nada que puedas hacer para evitarlo—volvió a hablar Jiku con tono derrotado—. Debes dejar que Shagaard ponga su sello en ti para que sus poderes estén en balance, para que su vínculo esté establecido. Ven con nosotros por favor, Akari-kun.
El silencio reinó por varios segundos, mientras yo no era capaz de procesar la información adecuadamente en mi cerebro. Todo me daba vueltas, nada estaba en su lugar, tras saber la verdad, sentía ganas de tirarme y gritar de la desesperación. Me llevé en vano las manos a la cabeza, era tonto pensar que al hacer eso todo se aclararía, pero fue lo único que se me ocurrió hacer. Cuando hice ése movimiento vi un objeto resbalando por mi pecho, se trataba de mi querido dije de luna, ése dije que Yue me había regalado en nuestro primer año en Maho. Tan sólo me bastó ver por un instante ése dije para entender que era lo que tenía que hacer.
— ¡¡No lo haré!! —Grité con determinación, poniéndome de pie ante la mirada atónita de Jiku y Seito—¡¡Jamás iré con ustedes, y mucho menos los ayudaré traer de vuelta a Belial!! Aunque ése sea mi destino, yo lucharé en contra de él…