sábado, 27 de agosto de 2011

Capítulo 24: Mi motivo para ser feliz. Parte 2


¿Qué tramaban Shinda y Tsuki? No tenía ni la menor idea, pero estaba seguro que cualquier cosa que pasaba por su cabeza en esos momentos, no era nada bueno.
Shinda levanto un poco su brazo, y después, cerró su puño con fuerza, al instante, un resplandor negro surgió de Tsuki, y este junto sus manos, apuntando hacia donde estaba yo.
-¡Lamento de las almas!
Estaba a punto de defenderme con un hechizo, cuando vi a Yue colocarse frente a mí.
-¡Escudo de sombras!
Grito Yue, y al instante, su sombra se levanto, no dejando que el hechizo de Tsuki me alcanzara. Tsuki mostró una sonrisa lúgubre, y se concentro, aumentando el poder de su hechizo. Yue apretó los dientes, tratando de de detenerlo, pero cada vez mas, su escudo iba a debilitándose, de repente, Yue movió su brazo izquierdo, de manera que el hechizo de Tsuki fue disparado hacia la derecha. Las almas convocadas por el hechizo de Shinda y Tsuki salieron volando hacia los alrededores sin dirección alguna, para continuar su camino errante en el mundo.
Yue bajo el brazo izquierdo y se lo sujeto, fue cuando note que este estaba sangrando.
-¡Yue, estas herido!
Exclame con preocupación, me disponía a acercarme a él, pero Yue volteo a verme con furia, y me dijo:
-¡No te atrevas a dar ni un solo paso, quédate donde estas!
-Si no quieres que ese chico salga lastimado, ven con nosotros Yue.
Hablo Shinda de repente, con una mirada fría y prepotente. Tsuki permanecía delante de él, aun rodeado de un brillante resplandor negro, con un semblante ausente, carente de expresión.
-Si te atreves a ponerle un solo dedo encima a Akari, te matare aquí mismo.
Dijo Yue, mirando a Shinda con un profundo odio, con esa mirada llena de rencor y perseverancia que sólo él sabía mostrar.
-Je, je, je… Al menos es bueno saber que no eres un cobarde… Bien… ¿Qué deberíamos hacer ahora Tsuki? ¿Hacer que las almas suman a Akari en la oscuridad, arrebatarle su alma? ¿Cercenar su cuerpo? ¿Qué te parecería empezar por sus brazos, hacer que vea como va perdiendo sus extremidades poco a poco?
Permanecí inmóvil en mi lugar sin saber que hacer, no podía evitar tenerle miedo a Shinda y a Tsuki, después de todo, poder manejar a los muertos aun en nuestras épocas modernas, era un tremendo tabú, yo lo consideraba una blasfemia.
Vi sorprendido como Tsuki saco un pequeño peluche de entre sus ropas, un conejito lúgubre con la boca tapada con 2 cintas adhesivas color negro, al igual que tenía vendado varias partes de su cuerpecito blanco, también varias heridas cocidas lo adornaban.
Tsuki mostró una sonrisa sádica, y al instante, el conejito de felpa se convirtió en una enorme hoz, filosa y brillante, era como esas armas que adornaban lo que los humanos consideraban antes como a “la muerte”… ¿¡Entonces planeaban cortarme con eso!? Sentí un escalofrío recorrer mi espalda, sólo pude reaccionar al ver como Yue se acercaba a mi. Yue me rodeo, dejando rastros de la sangre de su brazo en el piso, se paro frente a mi, juntando sus manos y cerrando sus ojos. Entonces, comenzó a recitar una especie de conjuro con palabras que no entendí, lo más probable era que estuvieran en chino. Una vez termino su conjuro, una luz brillante y negra apareció frente a mi, y una especie de espejo negro surgió del suelo, de donde salían llantos y gritos de agonía, también se escuchaban gruñidos feroces y temibles.
-¿Qué es esto?-Susurre, retrocediendo asustado-¿Qué hiciste Yue? Esta energía… ¿el infierno?
-Si… Di Yu, un portal a una parte del infierno…-Dijo Yue con la vos cansada, este se veía muy pálido-.Mis poderes aun no son tan fuertes, por eso sólo puedo abrir un pequeño portal por unos cuantos minutos.
-¿¡Por que haces esto!? Esto es prohibido, no puedes andar abriendo portales al infierno así como así.
-Se me permite en motivos de extremo peligro, y este es uno de esos. De esta manera, si esos nigromantes te atacan con almas, estas ni siquiera podrán tocarte, serán absorbidas por mi portal.
-Yue… No lo hagas, debe haber otra manera de…
Yue volteo a verme, y me sonrío con ternura.
-Ellos no deben meterte, sólo me desean a mí, los derrotare antes de que el portal desaparezca… Akari, yo te protegeré, no permitiré que nada malo te pase.
Sin decir más, Yue se acerco a Shinda y a Tsuki. Shinda le hablo en tono aburrido y sarcástico.
-¿Todo este show sólo por ese chico? ¿Acaso tan importante es para ti?
Yue no le contesto, dejo que sus acciones hablaran por él.
-¡Esfera de sombras!
Shinda levanto su brazo tranquilamente, al instante, Tsuki coloco su hoz delante de él, haciendo que las almas detuvieran el hechizo de Yue. Las almas aumentaron su tamaño, y sus gritos de agonía al absorber la magia negra de Yue, con un movimiento de la hoz, Tsuki le indico a las almas que se dirigieran a atacar a Yue, este, rápidamente salto a un lado para esquivarlas, y las pobres almas torturadas fueron absorbidas por el portal.
-Ahora entiendo…-Dijo Yue mirando perspicazmente a sus adversarios-.Tsuki no es un nigromante ¿no es así?
-¿Cómo dices?
Contesto Shinda en tono serio, ocultando la sorpresa en su voz.
-Toda la magia negra proviene de ti…-Dijo Yue mirando a Shinda, como quien analiza un tablero de ajedrez-.No siento nada de magia en Tsuki… ¿Por qué esto? ¿Qué demonios haces con el chico? Parece estar en una especie de transe hipnótico o algo así… ¿Incluso hasta te atreviste a controlar a un chico inocente?
-Ya les dije que yo no controlo a Tsuki… ¡Jamás lo haría!-Grito Shinda con furia, perdiendo la calma por unos segundos, al darse cuenta de esto, sonrío fríamente, y continuo hablando mas calmado-: Yue, yo ya se muchas cosas sobre ti, creo que es justo que tu también sepas algo sobre mi… Tsuki, en efecto, no es un nigromante, él es mi contratante.
-¿Contratante?
-Así es… Veras, Tsuki es uno de los pocos halfs “shiro” que existen en este mundo.
Abrí mis ojos con sorpresa, era la primera vez que veía un shiro. Esos halfs eran muy especiales y peculiares, ya que nacían sin magia, pero eran capaces de absorber la magia, o contener cualquier clase de magia o energía en su cuerpo, como un recipiente vacío al que se le pone agua, por así decirlo.
-Introduces tu magia y las almas en Tsuki…
-Así es, muy listo Yue… Los 2 tenemos un contrato, estamos unidos, compartimos la misma alma, no podemos vivir uno sin el otro.-Dijo Shinda, dedicándole una extraña mirada obsesiva a Tsuki-.Ahora que ya lo sabes… ¿aceptaras venir con nosotros?
-¡Primero muerto! ¡Dragón oscuro!
La invocación de Yue se acerco volando y gruñendo hacia Tsuki, este solo movió su hoz hacia arriba, y pronuncio un hechizo:
-Mi sagrado dios Thanatos, libera a esas pobres almas atormentadas, envíalas a nosotros… ¡Condena del inframundo!
El piso comenzó a temblar y desquebrajarse de repente, Yue y yo miramos con horror como cadáveres putrefactos, en pleno estado de descomposición se abrían paso a través del suelo. Fueron derribados por la invocación de Yue, pero estos, tras varios segundos, comenzaron a levantarse con dificultad, rodeados de energía maligna. Juntaron sus cuerpos, sus carnes podridas se juntaban en una sola, ahora habían formado una grotesca masa de carne, la cual fue tornándose cada vez mas oscura, de repente, salio volando por los aires y golpeo a Yue directamente. Este salio disparado a causa del impacto, cayendo al suelo directamente.
-¡Yue!
Exclame muy preocupado, y me acerque a él, mirando como el portal que había abierto estaba desapareciendo. Llegue a donde estaba tirado, y lo alce, este había perdido el conocimiento.
-¡Yue, reacciona por favor! ¡¡Yue!!
-A Yue aun le falta mucho por aprender, sólo hay 2 formas de vencer a las almas, purificándolas, o enviándolas al infierno.
Tsuki y Shinda se estaban acercando a mí, yo voltee a verlos con un profundo odio, mi ira por ver como habían lastimado a Yue era demasiada, me sentía capaz de matarlos en ese mismo instante. Me levante, concentrando mi magia.
-¿Cómo se atreven a lastimar a Yue así? ¡Lo peor de todo es que ni siquiera tienen un motivo para hacerlo!
-Si lo tenemos, lo estamos probando.
-¿Qué?
Lo que acababa de decir Shinda me sorprendió, no entendía a que se refería, ni tampoco podía creerlo, volví a la realidad al ver como Tsuki hablo sonriendo, y apuntando con su dedo índice atrás de mí.
-Aquí vienen de nuevo.
Voltee hacia atrás, y palidecí al ver como los cadáveres que habían atacado a Yue se levantaban de nuevo, y entre gemidos y exclamaciones de dolor, se acercaban de nuevo a nosotros. Incluso, algunos desdichados sin piernas se arrastraban por el suelo con trabajo.
Era una escena escalofriante, ni en mis más oscuras pesadillas pensé que me tocaría ver algo así. Pero debía hacer a un lado el temor, debía proteger a Yue a cualquier costo.
-¿Cómo se atreven a jugar así con esas pobres personas? Lo único que ellas desean, es descansar en paz, y ahora ustedes se atrevieron a profanar sus cuerpos, no me queda más que purificarlos para otorgarles el descanso eterno.
Me prepare para convocar uno de mis ángeles más poderosos, y así salvar los cuerpos de esas personas, obligadas a vivir una vez más. Sin embargo, el comentario que Shinda soltó de repente, me hizo desistir.
-Muy bien… ¿Qué harás ahora Yue?
Voltee en dirección donde estaba Yue, había recobrado el conocimiento, y se levantaba con dificultad del suelo. Este permaneció sentado en el suelo una vez se incorporo, y escupió al suelo unas cuantas gotas de sangre despreocupadamente. Viendo esto, me acerque alarmado a donde estaba, pero lo siguiente que hizo, me obligo a pararme en seco. Yue se limpio con el dorso de la mano un hilillo de sangre que salía de su boca, para después, lamérselo con la lengua, mientras sonreía de una manera fría y sádica. Levanto el rostro, y unas marcas largas y color negro comenzaban a aparecer en este, su ojo azul cielo comenzaba a teñirse poco a poco de rojo, mientras un gruñido profundo y diabólico salía del interior de su pecho.
-¡Shagaard!
Pensé de inmediato, y me acerque a Yue, rápidamente lo tome de los hombros, y comencé a zarandearlo de atrás hacia delante, tratando de hacerlo reaccionar.
-¡Yue, reacciona! ¡No permitas que Shagaard te controle! ¡Yo se que tu puedes contra él! ¡¡Yue!!
Pero fue en vano, Yue permaneció cabizbajo, gruñendo en voz baja, y jadeando con dificultad.
-¡No lo permitas! ¡¡No me dejes por favor, Yue!!
Grite casi al borde de la histeria, y ya lo único que se me ocurrió, fue abrazarlo con fuerza, hundiendo mi cabeza en su pecho. Para mi sorpresa, la respiración de Yue volvió a la normalidad, y el gruñido ceso. Yue me tomo de los hombros, y me alejo con delicadeza, levanto su rostro, y me sentí inmensamente feliz de ver su ojo azul cielo, mirándome confundido.
-¿Qué ocurrió? No recuerdo nada después de que active el portal al infierno.
Escuchamos unos ruidos de repente, y por un momento, perdí al aliento al ver a los cadáveres vivientes a unos cuantos metros de nosotros. Yue y yo comenzamos a avanzar hacia atrás lentamente, pero al voltear a mi espalda, sentí que el mundo se me venia abajo. Detrás de nosotros, estaba el final del camino, estábamos arriba de un peñasco, no podíamos avanzar más, pues caeríamos, y quien sabe cuantos metros de altura separaban la tierra de abajo de donde estábamos ahora.
-Así que pensabas liberar a Shagaard para protegerte ¿oh no Yue? No es algo muy listo, si no sabes controlar como es debido a tu demonio.
Dijo de repente Shinda, él y Tsuki estaban detrás de todo ese sequito temible de cuerpos corrompidos por la muerte.
-¿Cómo sabes… como sabes de Shagaard?-Balbuceo atónito Yue-¿Quien demonios eres tu? ¿¡Como sabes todo esto!?
Shinda ignoro a Yue, y continúo hablando.
-O tal vez… Ibas a liberarlo sin darte cuenta. Lo más impresionante, es que pudiste contener la liberación. Al sensei le encantara saber esto.
Dijo Shinda, mostrando una enorme sonrisa, y como felicitando a Yue. Yue y yo ya no podíamos retroceder mas, se había acabado el camino, y estábamos completamente arrinconados por los cadáveres vivientes. Yue se coloco frente a mí, en un ademán de protección y concentro su magia.
-Descuida Akari, ya te dije que te protegeré, no permitiré que nada te pase.
-¿¡Que te pasa a ti!?-Le reproche enojado, y me coloque al lado de él-. Ya te dije que no soy una damisela en apuros, tu solo no podrás contra esos zombies, te ayudare ¿Somos un equipo, oh no?
Le sonreí con seguridad, Yue me miro sorprendido, para después sonreírme de la misma manera.
-Tienes razón.
Justo nos preparábamos para atacar a los cadáveres, cuando el suelo debajo de nosotros comenzó a temblar y a resquebrajarse. El suelo de tierra se partió en mil pedazos, y Yue y yo palidecimos al ver que ya no pisábamos el suelo, simplemente, estábamos flotando en el aire. En cuestión de segundos, la gravedad hizo su efecto, y Yue y yo caímos hacia abajo, gritando como histéricos.  
El aire zumbaba en mis orejas, y me lastimaba el rostro, pues estaba helado. Era el fin, no podía creer que fuera a morir en unos cuantos segundos más, y que jamás volvería a ver ni a mi abuela ni a mamá.
-¡¡Vamos a morir!!
Grite, abandonado toda esperanza, Yue grito también al lado de mi.
-¡No te desesperes, apuesto a que podemos salir de esta!
-¿¡Eres imbécil o que!? ¿¡Que no vez que en cualquier momento nos vamos a estampar contra el suelo!? ¡Ni tú ni yo tenemos poderes de levitación, ni manejamos elementos naturales para transformarlos y ayudarnos!
-¡¡Pero todo esta oscuro, recuerda que ese es mi elemento!!
Ignorando que se estaba cayendo, Yue se concentro. Cuando ya me preparaba para estamparme contra el suelo, me sentí flotando en el aire, y con temor, voltee hacia abajo. Yue había concentrado todas las sombras de los alrededores para crear una esfera la cual, amortiguo nuestra caída, yo hubiera podido hacer exactamente lo mismo, si hubiera habido luz de sol. No sabía que al igual que yo con la luz, Yue podía convertir la oscuridad en materia y darle la forma que él deseara.
-¡Que gran idea tuviste Yue!
-Soy muy astuto, no lo olvides.
-¿Y modesto también verdad?
Yue sonrío con complicidad ante mi comentario sarcástico, y después dijo, dando un suspiro de derrota.
-Pero, todas nuestras cosas se quedaron halla arriba, al igual que el mapa, tenemos que volver halla arriba si queremos pasar la prueba de supervivencia, recuerda que sólo tenemos hasta el día de mañana para encontrar los cristales blancos. Y este peñasco…-Dijo Yue, alzando su rostro, mirando hacia arriba-.Es demasiado alto e inestable como para escalarlo.
-¿Y que vamos a hacer ahora, señor listo?
Yue se coloco su mano en la barbilla, pensando, tras varios segundos, me contesto:
-Antes de todo esto, logre memorizar una parte del mapa. Teníamos que seguir avanzando rumbo el norte. Sólo se me ocurre avanzar al frente desde acá abajo, es lo mismo que lo hagamos desde halla arriba que desde acá, al menos, eso creo.
Mire con curiosidad hacia delante, sólo veía oscuridad, y una especia vegetación, árboles enormes, y frondosos arbustos.
-Esta muy oscuro… Y ya es media noche.
Dije asustado, bajando las orejas. Yue me miro despreocupadamente.
-Aparece una esfera de luz con tus poderes para alumbrarnos… La oscuridad no te da miedo, a menos que estés solo ¿no es así? No te dejare solo ni un segundo Akari, te lo juro.
Yue me mostró una pequeña, pero bondadosa sonrisa, le sonreí de la misma manera, y afirme con la cabeza. Aparecí una esfera de luz, como Yue me dijo, y comenzamos a avanzar al frente. Al conocer a Yue, jamás creí que sería un chico tan noble, protector y leal realmente. No se lo había dicho a nadie, pero el que Yue dejara toda su frialdad al estar conmigo, para mostrarse como realmente era, me había hecho muy feliz, y cada día que pasaba, me encariñaba más con él. Lo único que me preocupaba un poco, es que sólo se mostraba así conmigo, para las demás personas, seguía siendo el mismo Yue cruel y frío que siempre habían conocido, Yue sólo me mostraba su sonrisa a mi, y no me atrevía a preguntarle por que razón era así. Decidí que después, y con mas calma, hablaría de esto con él, ya que sólo tenerme a mi como amigo, no iba a servirle de mucho, pensaba que debía abrirse mas a todo el mundo, y tratar de socializar mas, estaba seguro que si lo hacía, no iba a arrepentirse.

***
Salimos de la parte donde sólo había enormes y tupidos árboles, a un lugar lleno de rocas, sin nada de vegetación a los alrededores. De repente, mire asombrado como mi pequeña esfera de luz, había desaparecido por completo. Ahora, sólo la luz de la luna iluminaba los alrededores.
-¿¡Que pasa!?
Exclame sorprendido, tratando de aparecer la esfera de nuevo, pero fue en vano, nada ocurría. Yue frunció sus plateadas cejas, confundido, y estiro el brazo rumbo a una roca frente a nosotros. Entrecerró los ojos, concentrándose, y tras varios segundos de silencio, hablo, con preocupación en su voz:
-No puedo controlar las sombras… No puedo usar mi magia. De seguro, estamos en una de esas zonas donde no se puede usar magia, las que nos advirtieron los senseis.
-No puede ser…
Susurre en voz baja, y palidecí, sintiéndome como si la oscuridad se cerrara a mi alrededor. Me acerque a Yue, y lo abrace por la cintura con temor.
-Yue, si no puedo hacer luz, ¿Qué haré? ¡Tengo miedo!
-¡No te me pegues!
Me grito Yue, y me alejo de él, dándome un codazo.
-¡Oye! ¿Por qué me pegas?
-No me abraces.
-¿Qué te pasa? ¿Acaso te doy asco y no quieres que te toque?
Le pregunte, ocultando la decepción en mi voz, con gesto ofendido. Yue me contesto, desviando la mirada, y bajando las orejas.
-No, al contrario…
-¿Qué?
Escuchamos unos gritos de agonía, y a lo lejos, vimos a los cadáveres de nuevo, acercándose a nosotros, comandados claro, por el nigromante Shinda, y su contratante, Tsuki.
-Aquí están, creíamos que habían muerto tras caer por ese barranco.
Dijo Shinda, con falsa preocupación en su voz.
-¿Por qué… por que sus poderes si sirven? ¡Estamos en una zona sin magia, su nigromancia no debería tener efecto aquí!
Exclame con sorpresa y temor, Tsuki me contesto, sonriéndome.
-Cuando utilizas el hechizo de la “condena del inframundo”, no importa en que circunstancias estés, los cuerpos no dejan de moverse y perseguir a sus victimas, hasta que son purificados, o enviados al infierno. Nada los detiene, ni los golpes, los hechizos de fuego o los de hielo… Están muertos después de todo ¿lo sabías?
-Que lastima que no usaron su magia en ellos antes.-Dijo Shinda con voz presumida e irónica-.Ahora Yue, ya me canse de jugar, después de ver lo que hiciste halla arriba, debes venir con nosotros a Gaaram. Tu magia no podrá evolucionar como es debido si sigues en Maho, te obligare a venir con nosotros, así estos cadáveres tengan que arrastrarte.
Yue se mordió el labio con impotencia, viendo como los cadáveres se acercaban amenazantes a nosotros, no podíamos hacer nada, no podíamos usar magia, estábamos en total desventaja. Sentí de repente como Yue me tomo de la mano, y comenzó a correr a gran velocidad, jalándome con él.
-¿Qué haces Yue?
Yue no me contesto, entendí todo, cuando a unos metros de distancia de nosotros, veía una abertura en una de las paredes rocosas de los alrededores, se trataba de una cueva.

***
Al entrar en la cueva, mire como pude a los alrededores, mientras escuchaba a Akari jadear con nerviosismo a mi lado. Cerca de la puerta, pude ver una enorme roca.
-Rápido Akari, ayúdame a empujar esa enorme roca para tapar la entrada.
-¿Tapar la entrada? ¿Y si la tapamos, como vamos a salir nosotros de la cueva, genio?
-¿Qué prefieres? ¿Buscar una salida ya dentro de la cueva, o esperar a que esos “simpáticos” cadáveres lleguen aquí y nos coman?
Akari torció la boca con enfado, y se coloco del otro lado de la roca, dispuesto a cooperar conmigo. Finalmente logramos nuestro cometido, mientras escuchábamos afuera, como los cadáveres golpeaban y rasguñaban la roca, tratando de entrar.
-Esto parece una maldita película de terror… ¿Qué demonios tratan de hacer esos locos de Shinda y Tsuki? Juro que saliendo de esta cueva, llegaré al fondo de esto… Andando Akari.
Comencé a avanzar, pero al no escuchar los pasos de Akari, me voltee a verlo. Este estaba en su lugar, abrazándose a si mismo, con temor en sus ojos.
-Aaa… Mejor ve tú a buscar la salida… Yo te espero aquí.
-¿Y dejarte aquí cerca de esos zombies? Claro que no.
-Es que… Esta muy oscuro… Discúlpame Yue, pero en serio que no puedo superar esta fobia, ahora realmente no se ve nada, y sin mis poderes, me siento mucho más vulnerable…
Di un suspiro bajo, y trate de no pensar en nada mas que teníamos que salir vivos de la cueva. Me acerque a Akari, trague saliva nerviosamente, y lo tome de la mano, jalándolo para que caminara conmigo.
-Yo seré tu guía… Si te tomo de la mano, ¿no tendrás tanto miedo, oh si?
Akari guardo silencio mientras caminaba conmigo, yo sólo podía escuchar el violento latido de mi corazón, el sólo contacto con Akari me ponía mortalmente nervioso, como se darán cuenta, esta situación no era muy cómoda para mi, y las cosas empeoraron cuando Akari se olvido de mi mano, y decidió de una vez tomar todo mi brazo, enroscando sus manos en el, aferrándose a mi.
-Gracias Yue…
Susurro Akari con voz tierna y dulce, mientras yo trataba de alejar de mi cabeza mi loco y extraño deseo de voltearme y abrazarlo.
Así continuamos caminando por varios minutos, pero no se veía ninguna salida a los alrededores, yo era bueno para ver en la oscuridad, pero en esa cueva encerrada, las cosas se dificultaban, por lo que de vez en cuando, tenía que ir palpando con mi mano libre las paredes rocosas para asegurarme de que no había ninguna grieta por la cual salir.
De repente, estaba a punto de tropezarme y caer a causa de que mis pies chocaron con algo en el suelo, pero por suerte, Akari alcanzo a detenerme, me jalo de la cola, pero me detuvo a tiempo para no caer. Akari se agacho, y recogió los objetos con los cuales me tropecé.
-¡Yue, mira! ¡Son unas ramas!
-¿De veras? ¡Estamos de suerte! ¡Podemos hacer fuego con eso!
Una vez hicimos una pequeña fogata, nos arriesgamos a descansar un rato, al menos, gracias al fuego, Akari ya podía ver, y no tenía que seguir agarrado a mi brazo.
-Yue, es verdad,-dijo Akari de repente, el cual, estaba sentado en el piso al lado de mi-Saliste herido de tu brazo en la batalla con Shinda y Tsuki… ¿Estas bien?
-Lo había olvidado.
Me revise el brazo, este tenía una profunda cortada por debajo del codo, con todo lo que había pasado, incluso había olvidado el dolor.
-¿Quieres que te cure?
-No, descuida. Sólo es una cortada algo profunda, cuando salgamos de aquí me la desinfectaré, y la vendare por un tiempo.
-Si es que… logramos salir de aquí.
Dijo Akari, con voz baja y triste.
-¡Oye! No empieces a pensar así, claro que saldremos. No te des por vencido, ya veras que todo saldrá bien, saldremos a tiempo, y encontraremos los cristales blancos, y de esa manera, obtendremos los 20 puntos de la prueba de supervivencia.
Akari me miro con sorpresa, pero después sonrío, y hablo, mirando al vacío.
-Yue, admiro mucho tu valentía y perseverancia… Eres un chico muy fuerte y hábil, me gustaría ser mas como tu.
Sentí como mis mejillas se enrojecían, y me voltee incomodo. Cuando hice esto, sentí un peso extraño en uno de los bolsillos de mi pantalón. Entonces lo recordé, recordé que esa rara vendedora, me había convencido para comprar unos amuletos de amor. Saque los amuletos de mi bolsillo, y los mire con atención.
-¿Qué tienes ahí Yue?
Oh oh, demasiado tarde, había sido una imprudencia de mi parte sacarlos, Akari se había dado cuenta de inmediato. Dude, pero finalmente me decidí, y voltee a verlo con un poco de timidez.
-Este… tengo un regalo para ti.
Extendí mi brazo, y Akari tomo el amuleto. Era un hermoso dije color plateado, con el dibujo de una media luna, en el centro, tenía una pequeña gema color blanca.
-¡Que bonito!-Exclamo Akari con alegría, pero después, se percato de mi amuleto, el cual, tenía en la palma de mi mano.
-¿Tu también tienes uno?
Me pregunto, y antes de que pudiera hacer otra cosa, me lo quito de la mano, y lo vio. El mío era un dije también de color plata, con el dibujo de un hermoso sol dorado, la gema en el centro de este, era de color negro.
Esos 2 eran los amuletos de amor, un juego de dijes, fueron los que mas me gustaron de los que me ofreció la vendedora, pues no quería comprar eso ridículos amuletos de corazoncitos, o aquellos que tenías que poner la foto de tu persona amada, y la tuya.
-Luna y sol, oscuridad y luz… Como nosotros 2… Ya entendí.-Me dijo Akari, sonriéndome pícaramente, yo me quede sentado muy nervioso sin saber que decir, Akari no tenía por que enterarse de que eran unos amuletos de amor, ni yo mismo sabía por que los había comprado. Este me devolvió el mío, y con una hermosa sonrisa, me continuo hablando, mientras se colocaba con cuidado el dije en su cuello-: Estos dijes serán nuestro símbolo de unión… ¡Gracias Yue, te prometo que lo cuidare mucho!
-Símbolo de unión…
Repetí en voz baja, y sonreí para mis adentros, mientras imite a Akari, colocándome el dije en el cuello también. Algo llamo mi atención de repente al mirar hacia el frente. Un pequeño destello blanco se veía salir de entre las rocas. Me acerque a el cuidadosamente, mientras escuchaba a Akari llamarme confundido atrás de mi.
Al llegar, me fue imposible creerlo. Los cristales blancos se encontraban dentro de la cueva, el objeto que nos había tocado buscar para pasar la prueba de supervivencia. Los tome y jale con cuidado, pues estaban incrustados en la pared rocosa, Akari se acerco y me ayudo. Una vez los sacamos, nos miramos un poco sorprendidos, y  después nos sonreímos.
Pero nuestra alegría no duro mucho, pues escuchamos a unas rocas de la pared cerca de nosotros, desquebrajarse y caer. De la grieta que se formo en la pared rocosa, comenzaron a entrar en la cueva con movimientos lentos y torpes el ejército de muertos vivientes de Shinda. Este también entro, abrazando posesivamente a Tsuki por la cintura.
-Vaya, esta cueva si que es muy inestable, debe ser vieja… A mis seguidores no les fue difícil entrar rompiendo y creando esta grieta.
Akari y yo retrocedimos, ya nos era imposible escapar, pues en esa estrecha cueva, los horribles cadáveres ya nos habían acorralado sin darnos cuenta. Busque a mi alrededor algo con que defenderme, si no tenía mi magia, pensé que al menos podría utilizar la fuerza bruta para salvarnos.
De repente, vi surgir un enorme resplandor blanco al lado de mí, proveniente de Akari. Se trataba de los cristales blancos, estos despedían un enorme brillo. Los cadáveres comenzaron a lanzar gritos desesperados, mientras sus cuerpos comenzaban a despedazarles poco a poco, mas bien, parecía como si se estuvieran desintegrando. Pronto, todos los cadáveres iban desapareciendo, y no quedaba mas rastro de ellos que un fino polvo en el suelo rocoso de la cueva. Lo mas seguro, es que esos cristales no fueran unos cristales comunes y corrientes, debía ser alguna especie de objeto mágico.  Lo importante, es que nos salvaron la vida.
-Sale magia muy pura de esos cristales… ¿Será uno de los tesoros Shinda-chan?
Le pregunto Tsuki con interés a Shinda, este le respondió, mirando minuciosamente los cristales en la mano de Akari:
-No, lo dudo, sólo existe un tesoro con esos poderes, y es el que esta en Urem… Ni hablar, no tiene caso que sigamos aquí si ninguno de nosotros podamos usar nuestra magia, mejor irnos y darle un informe detallado al sensei.
-¡Si!
Shinda y Tsuki se dieron la media vuelta, dispuestos a alejarse de nosotros, pero antes de que se fueran, los detuve.
-¡Aguarden! ¿Quiénes son ustedes? ¿Por qué saben tanto sobre mí?
-Si quieres saberlo, ven con nosotros a Gaaram.
Me fue imposible contestar eso, yo debía estar en Maho, pues ahí me sentía muy seguro, y hasta de cierto modo, tranquilo y feliz, pero una parte de mi, tenía deseos de seguirlos, sentía de alguna manera que ellos tenían respuestas a muchas de las cosas que yo desconocía.
-Bueno Yue, piénsalo… Como sea, te aseguro que esta no será la última vez que nos veamos.
Shinda me dedico una fugaz mirada interesada, y lo vi desaparecer en las sombras junto con Tsuki. Permanecí en silencio, tratando de que todo lo que paso, tuviera algún significado razonable, pero por más que pensaba, no lo tenía.
-No vas a irte con ellos… ¿Verdad Yue?
Voltee a ver a Akari, este me veía con preocupación y tristeza, le conteste, sonriéndole un poco para tranquilizarlo.
-No, claro que no.
Ante mi respuesta, el rostro de Akari se ilumino con alegría. Sin más que decir, salimos en silencio de esa oscura cueva por la grieta que habían abierto los cadáveres de Shinda.
Justo decidíamos que hacer, cuando un hermoso espectáculo en el cielo nos hizo olvidarnos de todo, incluso la mala experiencia que acabábamos de pasar. Miles de luces hermosas pasaban volando rápidamente por el cielo nocturno, miles de estrellas fugaces, mejor dicho, una lluvia de estrellas.
Akari y yo permanecimos en silencio, mirando hacia arriba sin siquiera atrevernos a pestañear. Viendo esas estrellas, parecía que todas las cosas que se hacían nudo en mi cabeza comenzaban a desenredarse, y embonaban perfectamente, aclarando todo.
Para mí, no era difícil dejar todo atrás, e irme a la escuela Gaaram con Shinda y Tsuki para que me dijeran todo lo que sabían, y controlar mejor mi magia. Pero, había un motivo por el cual no quería irme de Maho, mejor dicho, una persona, si me iba de Maho, ya no podría estar al lado de Akari.
En esa hermosa noche, fue cuando por fin pude entender todo, fue cuando entendí, que estaba enamorado de Akari. Entendí que había caído presa de su hermosa sonrisa, y de sus brillantes y hermosos ojos, entendí que su calidez y bondad habían derretido por completo mi corazón y destrozado mi escudo de frialdad.
Esa noche, mirando las estrellas brillantes atravesar el cielo, me hice una promesa, me prometí a mi mismo, siempre proteger a Akari, sin importar que sucediera, no permitiría que nada malo le pasara, ni que nadie lo lastimara, tampoco pensaba permitir que nada nos separara, ya que, por fin después de tanto tiempo lo había encontrado, había encontrado mi motivo para ser feliz.

+ Continuará + 

0 comentarios: