martes, 31 de mayo de 2011

Capítulo 21: Malas noticias


Me desperté al sentir los rayos del sol sobre mi rostro. Levante mi torso con pereza, y para despertar bien, di un enorme bostezo mientras me estiraba. Voltee a ver el reloj en la habitación, este indicaba que eran las 9 de la mañana.
Pensaba si era correcto levantarme tan temprano en una casa ajena, o si debía seguir durmiendo, cuando recordé lo que Akari me había dicho el día anterior: “Siéntete como en tu casa, y con libertad de hacer lo que tu quieras”.
Pensando en eso, decidí levantarme de una vez, ya que yo no era de esas personas que gustaran de dormir tanto. Salí a la terraza, y eche un vistazo por la ventana de la habitación de Akari para ver si él seguía durmiendo, pero sorprendentemente, ya no estaba ahí. Entonces salí de la habitación, y comencé a buscarlo por los pasillos tímidamente, estar inspeccionando así la casa de alguien mas, me hacía sentir incomodo, como un intruso o algo así.
Mi búsqueda finalmente me condujo al comedor, justo iba pasando por la puerta de este, cuando una dulce y calida voz me hablo:
-Buenos días, tu debes ser… ¿el amigo de Aka-chan, no es así?
Voltee con interés en dirección donde había escuchado la voz, al hacerlo, vi a una mujer sentada en el comedor. Aun lo pienso, era una de las mujeres mas hermosas que había visto en toda mi vida. Su cabello era negro y largo, le llegaba por debajo de la cintura, sus ojos eran enormes y brillantes, estos eran de color rosa, un rosa muy profundo, como gemas preciosas. Tenía un largo fleco, con 2 mechones largos a cada lado, igual que los de Akari.
Me quede anonadado, viendo como esa hermosa mujer me sonreía con dulzura, cuando reaccione, y la salude con una ligera inclinación.
-Así es, mucho gusto, mi nombre es Yue…
-Con que Yue ¿eh?-Dijo la mujer, mostrando una mirada astuta-.Luna en chino mandarín, eso quiere decir que en efecto… eres del clan de Dasarev.
-… ¿Qué?
Susurre atónito, ante las palabras acertadas de la mujer, ignorando esto, y sin dejar de sonreírme, siguió hablando.
-Yo soy Yurumi, la madre de Akari, mucho gusto.
Me sorprendí de verla con tanta salud, después de lo que había sucedido ayer, entonces recordé que Akari me había contado que a momentos, su madre estaba perfectamente bien, y luego volvía a recaer. Ya sabiendo que ella era la madre de Akari, fue cuando caí en cuenta que los 2 eran muy parecidos, de seguro, el singular color morado de los ojos de Akari se debía a los profundos ojos rosados de su madre. No pude evitar recordar a mi madre al verla, las 2 eran hermosas, y transmitían esa extraña y singular aura de paz cuando estabas cerca de ellas.
-Estoy a punto de desayunar… ¿te gustaría acompañarme?
Me dijo Yurumi-san invitándome con su mano a sentarse, sin dejar de sonreírme con dulzura.
-Ah… si, gracias.-Conteste con timidez, y me senté a su lado-.Ah… disculpe… ¿Usted sabe donde esta Akari?
-Desde que el padre de Akari murió, él se convirtió en el líder del clan, ya que el liderazgo sólo lo pueden llevar los hombres. Ahora que esta en casa, Akari debe encargarse del clan, en su ausencia, mi hermano mayor, el líder de la segunda línea del clan, nos hizo favor de liderar el clan, su nombre es Fusuyume… Hoy es día de rezo, Akari va a rezarle a Zarael, para estar en armonía con ella, y de esa manera, le suplica por el bienestar de nuestro clan.
-Ya veo…
Conocer la manera en que los demás clanes vivían, y tenían sus propias creencias y costumbres siempre era interesante para mí. Yurumi-san y yo continuamos desayunando en silencio, hasta que ella volvió a hablar, mirando despreocupadamente al frente, sin ningún objetivo en especial.
-Yue-chan, si que eres un chico muy apuesto, amable y dulce… Aparecías en mi mente y en mis sueños, pero sólo como una sombra, por eso no tenía idea de cómo eras en realidad, conocerte al fin, me da mucha emoción… Llegaste a Akari mucho más rápido de lo que había predicho.
-Ah… ¿de que habla?
Le pregunte confundido, sabía que la madre de Akari era un oráculo, es decir, que tenía la capacidad de ver el futuro, pero aun así, sus palabras no tenían ningún sentido para mi. La mirada dulce de Yurumi-san, fue sustituida por una seria y fría al contestarme.
-Lo de la profecía, yo lo se… Los oráculos creemos que todo pasa por una razón, y que nada en esta vida es una coincidencia… Shagaard y su ángel, estaban destinados a encontrarse en Maho.
Las palabras de Yurumi-san me dejaron atónito, no sabía que contestarle.
-Yurumi-san, usted lo sabe…
Fue lo único que atine a decir, mientras miles de ideas pasaban y se hacían nudo en mi cabeza. Yurumi-san y yo continuamos observándonos en silencio, ella con severidad, y yo muy sorprendido.
-¡Que rico huele, me muero de hambre!
Se escucho de repente, y segundos después, Akari entro al comedor, extrañamente vestido. Al menos para mí, era extraño verlo así. Este vestía una túnica color azul mar, con una capucha que le cubría su cabeza, su frente era adornada por una hermosa figura de una flor de loto color plateada. En su cuello, traía un collar con gemas en forma de alas de ángel, mientras que en su mejilla derecha, tenía pintado el dibujo de un sol dorado.
-¿Has terminado ya, Aka-chan?
-Si, oka-san… ¡Hola Yue, buenos días!
-Ah… hola…
Le dije muy sorprendido, sin poder evitar mirar cada detalle de la hermosa ropa que vestía. Akari debió notar esto, pues me dijo:
-Ah… si… se te hace raro verme vestido así ¿oh no? Es uno de los trajes ceremoniales del clan, lo usamos cuando debemos orar. La verdad a mi me gusta mucho.
-Ah… si, es lindo…
Le conteste ocultando mi nerviosismo, desviando la mirada. Akari se acerco a su mamá, la abrazo con ternura y dijo:
-Pero a oka-san se le ve mejor.
Akari y su madre rieron, incluso hasta su risa, y esa enorme y cálida sonrisa que siempre mostraban eran idénticas. Permanecí frente a ellos en silencio, observando lo hermosos que eran, tanto madre como hijo, y fue cuando caí en cuenta, que estar cerca de ellos, y estar en casa de Akari, hacían que mi corazón sintiera una enorme paz y felicidad, las cuales ya había olvidado desde hace mucho tiempo.

***
Los días transcurrieron, Akari me mostraba todos los lugares divertidos e históricos de Urem, y me seguía presentando a amigos y a familiares. Su abuela y su madre me trataban muy bien, incluso como un miembro mas de su familia, no sabía por que razón, pero a ambas parecía simpatizarles mucho, y no paraban de halagarme diciéndome que era un chico muy galante y educado, cosa que me hacía sentir incomodo y apenado. De vez en cuando, la salud de Yurumi-san volvía a decaer, y en el tiempo en que ella estaba en cama, y Akari se ponía triste, trataba de distraerlo, jugaba videojuegos con él, salíamos a pasear, o incluso lo ayudaba a escoger un traje adecuado para su peluche favorito, el Sr. Almendra.  
Yo siempre he sido muy sobre protector con las personas que aprecio mucho, y con Akari, me estaba volviendo extrañamente cuidadoso y sobre protector. El sólo verlo triste, aunque sólo fueran segundos, me hacía sentir igual, por eso buscaba cualquier método para distraerlo y hacerlo olvidar su tristeza aunque fuera tan sólo por un rato. Cualquier persona que nos viera en esos momentos, ni siquiera se podía imaginar que meses antes, no nos soportamos y nos gritábamos por cualquier tontería.
Un día, Akari se encontraba enseñándome toda su colección de peluches.
-Mira,-me dijo Akari, mostrándome un peluche de una peluda gatita blanca,-este peluche lo compre ayer que fuimos a la librería…
-Tienes demasiados peluches…-Le reproche, mirando todos los peluches que tenía amontonados en un estante-¿No te da miedo que un día ese estante se te caiga encima a causa del peso de tanto peluche? Si eso pasa, morirías aplastado.
Le sonreí sádicamente, Akari me arrebato un poco ofendido un peluche de un tigre que tenía en las manos, y me dijo:
-Eso no va a pasar… Ya deja de leer tantos libros de misterios y asesinatos Yue, te lavan el cerebro… Lo que yo quiero, es que le pongas un nombre al peluche que acabo de comprar.
-¿Quieres que yo se lo ponga?
-Si,-me dijo Akari, sonriéndome-.Asegúrate de que sea un buen y lindo nombre, apuesto a que puedes hacerlo.
Permanecí en silencio, observando el peluche, cuando una idea me vino a la cabeza.
-¿Qué te parece?… ¿Xing Ying?
-¿Xin Ying? ¿Qué significa?
-Quiere decir corazón de cristal, en chino.
Akari miro al peluche de la gatita con interés, lo pensó por unos segundos y me dijo sonriéndome:
-Si, es el nombre perfecto para ella… ¡Sabía que lo harías bien Yue!
Akari me felicito, dándome unas palmaditas en la cabeza, mientras me sonreía con ternura. Al instante me aleje de él, muy nervioso y apenado, y le dije:
-No hagas eso, me incomoda.
-¿Por qué?
-No se, simplemente, me incomoda…
Le respondí bajando la vista, sintiendo a mi corazón latir con velocidad en mi pecho. Algo raro había ahí, Akari era mi amigo, pero no entendía si era normal sentirte tan nervioso si tu amigo te tocaba, o pensar que tu amigo se veía realmente hermoso cuando sonreía, no lo entendía, por que nunca me había sentido así con Kotori, y se suponía que ella era mi mejor amiga.
Alguien toco a la puerta de repente, una vez Akari dio el permiso para entrar, su abuela entro en la habitación.
-Aka-chan, tu madre y yo iremos a comer con Fusuyume… ¿a ti y a Yue-kun les gustaría venir?
-¿Con mi tío? ¡Si, me parece bien! ¿Quieres venir Yue, o prefieres que nos quedemos a comer aquí?
-Lo que tu quieras, por mi parte, las 2 cosas me vienen bien.
***

Minutos después, estábamos sentados en el elegante comedor de la casa que se encontraba al lado de la de Akari, es decir, la casa de la segunda familia del clan de Zarael.
Fusuyume, el tío de Akari, y hermano mayor de la madre de este, era un hombre serio y recto. De cabello corto y gris, y unos ojos fríos de color rosa profundo, igual que Yurumi-san.
-Así que tu compañero de equipo maneja la oscuridad ¿verdad Akari-san?
-Si, Yue es muy hábil para manejar las sombras, y tiene control sobre los demonios también.
-Ummm ¿Y se sienten cómodos los 2? Oscuridad y luz juntas no es algo que se vea muy seguido…
-Vamos tío…-Dijo Akari sonriendo despreocupadamente, cortando la carne que se encontraba frente a él-.No me digas que sigues siendo de esa creencia que la luz vence a la oscuridad, o que nunca deben estar juntas pues es un pecado o algo así. Hasta ahora, yo sigo creyendo que no hay motivos para que los clanes de la luz y la oscuridad no puedan llevarse bien. Todas las peleas que a habido anteriormente entre los clanes que manejan estos elementos, siempre las he considerado absurdas, perdidas de tiempo, de gente y de dinero.
Fue la primera vez que vi a Akari sonreírle a alguien engreídamente, su tío sólo forzó una sonrisa y le contesto:
-Supongo que tienes razón, hablas como debe hacerlo el líder del clan de Zarael, justo como tu padre… Akari-san.
La palabra “san”, Fusuyume la pronunció con envidia, este me miro fríamente y con desprecio, y después continúo comiendo. No entendía bien que pasaba, pero la primera impresión que tenía, era que Akari y su tío no se llevaban bien, o simplemente no se simpatizaban del todo.
La mesa permaneció en silencio, hasta que Yurumi-san hablo.
-Nii-san, me dijiste que tenías que decirnos algo muy importante… ¿Qué ocurre?
Fusuyume mostró un semblante triste, guardo silencio por unos segundos y dijo:
-Se trata de mi hija…
-¿De Ai-chan?-Dijo Akari, con preocupación en su voz-¿Que ocurre con ella?
-Hace días, la mande a una misión del clan. Un demonio estaba atacando una de las ciudades de Urem, y ella fue como refuerzo. Eso fue ya hace casi una semana…
-¿Acaso el demonio…?
Dijo la abuela de Akari, incapaz de completar la frase.
-No, el demonio fue eliminado, pero por más que hemos buscado, no encontramos a Ai por ningún lado… Ella simplemente, parece haberse desvanecido en el aire. 

***
-Ai es tu prima… ¿no es así?
Le pregunte a Akari, mientras estábamos sentados en un sillón de la terraza que conectaba nuestras habitaciones, la misma donde habíamos hecho la promesa. Se nos había hecho costumbre conversar un rato ahí, antes de dormir.
-Si, no se si lo notaste, pero mi tío no me simpatiza mucho…
-¿Ah si? No lo note… Creí que era mi imaginación al ver las miradas de odio que se dedicaron en la comida.
Akari se río un poco en voz baja, mis comentarios llenos de sarcasmo e ironía siempre le daban mucha gracia. Una vez Akari se calmo, continuo hablando.
-Cuando mi padre murió, él insistió en llevar el liderazgo del clan, argumentando que yo aun era muy joven para ello. En parte tiene razón, pero eso iría en contra de las reglas del clan. Además, mi tío nunca acepto el matrimonio de mis padres, por que mi madre rechazo a su prometido para estar con mi padre, ya que los 2 estaban perdidamente enamorados.
-En conclusión… a tu tío le gustaría ser el líder del clan, te tiene envidia por que por derecho tu eres el líder y odia a las personas con poderes negativos.
-Discúlpame por la manera en que te trato en la comida Yue, no esperaba que se fuera a comportar así.
-Descuida, no es la primera vez que alguien me trata así.
Le respondí a Akari despreocupadamente, mientras me apartaba mi largo fleco de mi ojo derecho.
-Pero su hija, Ai, es muy diferente. A ella la aprecio mucho, desde chicos nos llevamos muy bien, es mas, hasta podría decir que la quiero como si fuera mi propia hermana. Es por eso, que la noticia me hizo sentirme algo triste y preocupado. Espero aparezca pronto, y no le halla pasado nada…
-¿Hay escuadrones de tu clan buscándola, no es así?
-Si.
-Entonces no te preocupes, seguramente aparecerá pronto.
Akari me sonrío, volteo al cielo viendo las estrellas, para finalmente decir:
-Si… Le rezaré a Zarael por que así sea…

***
Los días seguían pasando, y muy pronto las vacaciones de verano iban a llegar a su fin. Pero antes de eso, Urem se estaba preparando para un festival que hacía cada verano, “el festival de las almas”.
Ese día finalmente llego, y Akari y yo nos paseábamos por las adornadas calles de Urem. Muchas personas se paseaban alegres, divirtiéndose con los juegos que estaban en la calle, comiendo las diferentes comidas que se ofrecían, u observando los bellos adornos, muchos consistían en lámparas de papel con diferentes dibujos.
-¿Y que es exactamente este festival?
Le pregunte a Akari con interés, mientras lo ayudaba a cargar todos los peluches que habíamos ganando entre los 2 en uno de los juegos de destreza.
-Es un festival que hacemos en Urem cada verano. Veneramos y recordamos a nuestros seres queridos que ya no están en este mundo, además, le rezamos a Zarael y le pedimos por el descanso eterno de sus almas.
-Ya veo, pero… ¿Por qué todos se ven tan felices? ¿No se supone que debería ser un festival más bien simbólico y espiritual? ¿Por qué hay tantos juegos de destreza? Hasta puedo ver una casa de los sustos por halla.
-Honramos a nuestros ancestros imitando los festivales de verano que se hacían en Japón. ¿Lo ves? Ahí esta el juego de los peces dorados, el juego de los aros, venden yoyos de globo con agua… ¡Y también están los deliciosos takoyakis! (*Takoyaki= Bolas de pulpo).
Dijo Akari con emoción, y viendo el puesto de los takoyakis con veneración. A mi todo eso, no me parecía más que una excusa para juntarse, celebrar, y divertirse un rato.
-Cierto Yue… Tus ancestros son chinos, pero tú hablas los 2 idiomas… ¿Por qué?
-Japón expandió su territorio, y sus habitantes se convirtieron en una mayoría desde hace ya muchos años, por eso, en Lagarem se habla más japonés. El hablar chino es mas bien una cuestión de cultura, y venerar a nuestras raíces.
-Ya veo… Pero tú aun hablas muy bien el chino Yue… Algo que he notado, es que cuando te enojas mucho, comienzas a maldecir en chino… ¡Ja, ja, ja! ¿Recuerdas el otro día cuando una pila de libros se te cayó en la cabeza? Soltaste tantas palabras raras que no entendí, que me imagine que eran maldiciones en chino.
-Bueno, eso es un impulso… -Le dije a Akari, bajando la vista avergonzado-.La verdad, es que lo hago sin darme cuenta.
-¡Ja, ja, ja, ja, ja!
-¿Qué es tan gracioso?
Le pregunte un poco ofendido. Akari tardo un poco en calmar su risa, para contestarme, mientras me mostraba una enorme sonrisa.
-Discúlpame, no me reía de ti… Es sólo que me da gusto que me hables más de ti. Me hace sentir feliz.
No esperaba eso, por lo que me quede sin habla, sintiendo como mis mejillas se enrojecían. Akari se volteo de repente y grito muy emocionado:
-¡Algodones de azúcar!
De repente, Akari salió corriendo rumbo a un puesto de dulces, estaba a punto de seguirlo, cuando muchos niños pequeños pasaron corriendo frente a mi, impidiéndome avanzar. Cuando la estampida de niños, por así decirlo, dejo de pasar, ya era tarde. Entre toda la multitud, Akari se me había perdido de vista. Pensé en lo distraído y atolondrado que era a veces, o mejor dicho, muy a menudo, y dando un suspiro bajo, decidí avanzar por las calles para tratar de encontrarlo.

***
Mordisco a mordisco, comencé a comerme el delicioso y rosado algodón de azúcar que acababa de comprar. Tenía mucho sin comer uno, y cualquier cosa dulce que comiera, era como un manjar para mí. Mire de repente un enorme reloj que se encontraba en la plaza, y fue cuando caí en cuenta, que ya casi era hora del ritual que hacíamos para orar por el alma de los difuntos.
-Oye Yue… ¿Nya?
Voltee a todos lados, pero me sorprendí de no ver a Yue a los alrededores.
-Oh-oh… Creí que Yue me había seguido-.Pensé muy preocupado y avergonzado de no haber podido controlar mi glotonería por los dulces.-Debo encontrarlo, Yue no conoce los alrededores.
Sin más, comencé a caminar rápidamente para encontrarlo, mientras me terminaba mi delicioso algodón de azúcar.

***
-¡Basta Shirose, él es mío!
-¡No, mío!
-¡Yo saldré con él!
-¡No, yo!
Pensaba que las cosas ya no podían ir peor, pero me equivoque. Además de no saber donde demonios estaba, y de no poder encontrar al idiota de Akari por ningún lado, ahora 2 chicas a las cuales había acudido con ellas para preguntarles de mi paradero, o el de Akari, estaban peleándose entre ellas por ver quien lograba conseguir una cita conmigo.
-Disculpen…-Alce la voz para que las chicas me pusieran atención de nuevo, y detener su ridícula pelea-. Yo sólo quería preguntarles por Akari… ¿No lo han visto cerca de aquí?
-¿A… A… Akari-sama?
Balbuceo nerviosamente una de las chicas. La otra le reprocho, muy furiosa, e igual de nerviosa y asustada.
-¿Lo ves Shirose? Estabas a punto de invitar a salir al novio del líder.
-Lo siento…
-Que no soy su novio…
Increíble que todo mundo sacara esa conclusión de mi y Akari, sin decir mas, supe que eso no funcionaría, y que esas chicas cabezas huecas eran incapaces de ayudarme.
-¿Saben que? Olvídenlo… Lo seguiré buscando yo solo.
Les dije con frialdad, y dándoles la espalda, me aleje de ellas para continuar mi búsqueda. Detrás de mi, puede escuchar unos cuantos comentarios mas de esas chicas bobas.
-Nya, en serio que es guapo…
-¿Si verdad? ¡Que buen gusto tiene el líder!

***
-Que descuidado fui… No debí haberme ido corriendo así dejando a Yue atrás… Ojala que este bien.
Pensé, mientras me sentía cada vez mas preocupado al no poder encontrar a Yue por ningún lado.
Mientras seguía caminado, llegue cerca de donde estaba el templo principal de Zarael. Al estar ahí, comencé a escuchar un llanto a lo lejos. Ciertamente, era muy extraño que alguien estuviera llorando de esa manera tan lastimera y desesperada. Pensando en que tal vez alguien de mi clan estaba en problemas, decidí acercarme, tratando de localizar a la persona que se encontraba llorando.
Finalmente, y sentado debajo de un árbol, pude ver a una persona llorando, abrazándose a si mismo con temor. No pude ver su rostro, pues lo tenía tapado con una capucha. Me acerque a él, agachándome a su lado, y le dije en tono tranquilo y dulce para no asustarlo.
-Oye… ¿Qué pasa? Dime… ¿te encuentras bien?
El chico finalmente volteo, dándome la cara, y me sorprendió ver el hermoso y triste rostro de un niño, al cual, nunca antes había visto en mi vida.

+ Continuará +

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