martes, 15 de junio de 2010

Capítulo 9: Cazadora.Parte 2

Después del duelo, Akari me llevo a regañadientes a ver a Karasi y a Yami para felicitarlos. Una vez los localizamos, Akari se dirigió hasta ellos corriendo.
-¡Karasi-kun!
Cuando Karasi escucho como Akari lo llamaba, Yami y él, voltearon a vernos.
-¡Hola Akari-kun!
-Muchas felicidades por haber ganado su duelo.
Les dijo Akari, sonriéndoles dulcemente, Karasi le contesto con la misma expresión.
-Muchas gracias.
Fue entonces cuando Yami se percato de mi presencia y se dirigió a mí, sonriéndome fríamente.
-¿Qué tal Yue? ¿Disfrutaste el duelo? Ese fue un verdadero duelo en equipos.
-Cállate.
Le conteste fríamente, sintiendo como comenzaba a enojarme. Yami me ignoro, y continuó hablando, sin cambiar la expresión prepotente y fría de su rostro.
-Se que Karasi y yo debemos cuidarnos de Ryu y Kagami, ellos son la combinación perfecta de ofensiva y defensiva. Lo mismo con esos gemelos de su salón, ya que ambos se entienden sin palabras, sus estrategias en equipo son de las mejores que hay. Makoto y Yuki también son de cuidado, ya que son capaces de dar todo el uno por el otro.-Yami guardo silencio por unos segundos en los cuales primero miro a Akari y luego a mi, después volvió a hablarnos con aire superior.-Pero en cambio ustedes, no son ningún problema, son de los equipos mas débiles, su primer duelo lo ganaron por suerte.
-Eres un…
Le dije acercándomele, sintiendo como mi sangre hervía, pero Akari me detuvo tomándome del brazo y se dirigió a Yami tranquilamente, sonriéndole.
-Yami-kun, tal vez no somos de los mejores equipos, pero nos estamos esforzando. Yo se que tengo muchas debilidades, pero trabajo en ello y…
-Te equivocas Akari-kun.-Le interrumpió Yami.-Quien tiene la mayor culpa es Yue, por no saber trabajar en equipo. Yue…-Se dirigió Yami a mí ahora, mirándome sin expresión alguna.-Sólo te preocupas por ti y te encierras en tu mundo, mientras que Akari quiere dar todo de si mismo, pero no puede por tratar de llevarse bien contigo. Si realmente trabajaran juntos y dieran todo el uno por el otro, serían muy poderosos y una gran amenaza…. ahora no son más que una vergüenza.
Ya no estaba dispuesto a dejar que Yami me siguiera humillando, por lo que decidí darme media vuelta y alejarme de ese sujeto tan despreciable. Akari me llamaba muy preocupado y escuche sus pasos acercándose a mí.
-¿Yami, por que haces esto?
Le pregunto Karasi a Yami muy preocupado, Yami no le contesto nada, veía en silencio como me alejaba rápidamente.
***
Esa noche, Akari y yo estábamos trabajando en una tarea en equipo que nos habían encargado, ya había dado el toque de queda, por lo que sólo podíamos trabajar en nuestra habitación, pero yo me sentía distraído ya que aun tenía rondándome en la cabeza todas las cosas que Yami me había dicho.
-Oye Yue.-Me dijo Akari, sonriéndome tímidamente.-No le hagas caso a lo que dijo Yami. Después de todo, nuestros elementos son antinaturales, por eso siempre batallaremos más, y no podremos realizar ataques juntos como los demás.
-No, Yami tiene razón.-Le conteste, mirando fijamente el libro de texto en el escritorio.-Todo es mi culpa. La luz y la oscuridad son contrarias, pero… están en perfecto balance. A lo que me refiero es, si tú purificas yo puedo contaminar tu poder, si yo contamino, tu puedes purificar mi poder, si no hay luz no puede haber oscuridad… Soy yo el que no ha querido cooperar.
-De eso quería hablarte Yue…-Me dijo Akari, mirándome a los ojos muy preocupado.-Siento como si tú hubieras puesto una barrera que no me dejas atravesar. Yue… ¿Por qué no me dejas atravesar tu barrera? ¿Por qué no confías en mí y me dejas ser tu amigo?
-Son demasiadas razones.-Le conteste, sin atreverme aun a levantar la mirada.-Tú estas mejor lejos de mí…
-¿Por qué dices eso? ¿Por qué me alejas de ti?
Esta vez, la mirada de Akari era sincera, pero también muy triste. Ya nos habíamos acercado demasiado, no podía permitirlo.
-Han pasado demasiadas cosas.-Le dije con seguridad en mi voz.-Nunca lo entenderías.
-Entonces cuéntame, yo quiero ayudarte… déjame hacerlo.
Mire de reojo como Akari me sonrío tímidamente, pero su sonrisa era muy tierna y dulce. Entonces, reaccione al sentir como Akari me tomaba de la mano, aun recuerdo la sensación que tuve en ese momento. Sentí como una enorme ola de calidez y tranquilidad recorría cada parte de mi cuerpo, por ese breve instante, toda mi tristeza y dolor desapareció, sentí la sangre irse a mi rostro, y mi corazón latió apresuradamente al ver la manera tierna y dulce en que Akari me sonreía, todo había sido como una especie de conexión, la mano de Akari era muy cálida. Pero en seguida, toda esa sensación termino al sentir como la calidez desaparecía y era sustituida por una sensación de frío y pesadez en todo mi cuerpo. Escuche un zumbido fuerte y profundo, y mi corazón latía tan rápido que por un momento, sentí que este se iba a salir de mi pecho.
***
Yue soltó mi mano rápidamente y se levanto apresuradamente de un salto, tumbando la silla donde estaba sentado segundos antes. Se alejo de mí temblando y cubriéndose el rostro con sus manos.
-Ah… Yue…-Lo llame débilmente, acercándome a él.- ¿Estas bien?
-No… no te me acerques…
La voz que me respondió no era la de Yue, era fría, desgarradora y atemorizante. En los segundos que Yue se destapo la boca para contestarme, pude ver unos largos y afilados colmillos saliendo de esta. Yue se dio media vuelta y corrió hasta el baño para encerrarse. Presentí que nada estaba bien, y toque la puerta para averiguar que ocurría.
-Yue… ¿Qué te pasa? ¿Estás bien?
***
Había conseguido alejarme de Akari encerrándome en el baño, pero sentía que esto no terminaría así de fácil. Había caído de rodillas al suelo, mi cuerpo temblaba casi compulsivamente, estaba jadeando y sentía que perdía la conciencia, pero no podía permitirlo. En mi cabeza, puede escuchar su voz mas claramente y cerca de mí.
-¿Qué pasa? ¿Ese chico es tan especial? Hizo que tu corazón se acelerara y eso nunca te había pasado antes… ¿Acaso es él?
-No… no… cállate…
Le dije débilmente, él me ignoro y siguió hablando.
-El sello pierde su efecto ¿verdad?
-¡¡Cállate!!
Le grite desesperado, sujetándome la cabeza fuertemente con mis manos.
***
-¡¡Déjame, aléjate de mi!!
Escuche los desesperados gritos de Yue através de la puerta, era la primera vez que lo escuchaba así. No sabía que hacer, meditaba sobre si debía tirar la puerta para ver que le ocurría a Yue, cuando escuche como este movía de un lado a otro la perilla para abrir la puerta. Me aleje de la puerta rápidamente, y segundos después, Yue la abrió y salió del baño jadeando y temblando.
Al ver su rostro me asombre, en efecto sus colmillos habían aumentado su tamaño, pero no sólo eso, ahora también tenía 2 marcas largas y color rojo en sus mejillas, como si se las hubiera tatuado.
-Yue… ¿esas marcas en tu rostro…?
Le dije en voz baja, acercándome a él.
-A… aléjate de mí.
Me dijo Yue débilmente, sin dejar de temblar. Cuando menos me di cuenta, Yue se alejo de mi corriendo hacia la ventana, la abrió, y salió por ella dando un gran salto.
-¡¡Yue, espera!!
Le grite a través de la ventana, viendo como se internaba en el bosque que estaba en la parte trasera de la escuela.   
-Esto no esta bien… 
Pensé para mi mismo y decidí salir de la habitación para seguirlo.
***
Por el momento era lo único que podía hacer, huir de Akari y alejarme lo más rápido de él. No entendía por que, pero algo en Akari había hecho que “él” reaccionara. Pero no quería, no quería que volviera a tomar control de mi cuerpo haciéndome cometer actos crueles y despiadados. Por su culpa, había asesinado a muchas personas inocentes, entre ellas, a mi madre.
Me detuve sujetándome la cabeza con las manos, esperando que eso disminuyera el dolor que sentía en ese momento. Fue entonces cuando escuche una voz a lo lejos, entre los árboles.
-Al fin te encontré… Yue…
De entre las sombras, salió una chica de largo cabello morado vestida de sacerdotisa, la reconocí de inmediato.
-Hitomi…
-Me sorprendes, lograste escapar de mí por mucho tiempo… por 5 meses.
Me dijo Hitomi con su voz suave y aguda de siempre, se me acerco, y me miro de arriba abajo con sus rasgados ojos morados, después agrego.
-Por esas marcas en tu rostro deduzco que nada ha cambiado… llegue a tiempo para detenerte.
-Aun tengo control.-La interrumpí.-Aun soy capaz de detenerlo…
En efecto, me tranquilice y concentre lo más que pude y logre que las marcas rojas en mi rostro desaparecieran.
-Aun así ya sabes cual es mi deber.-Me dijo Hitomi blandiendo su bastón ceremonial.- ¡Debo acabar contigo!
-¿Cómo olvidarlo?-Le respondí mirándola fríamente.-Por 2 años ha sido lo mismo.
El bastón ceremonial de Hitomi se convirtió en una poderosa y peligrosa arma que tenia 2 afiladas cuchillas en cada extremo, sabía perfectamente que ese bastón era en realidad su arma.
-¡¡Prepárate Yue!!
Me grito Hitomi y se abalanzo sobre mi para darme una estocada, pero yo reaccione a tiempo y use una de las habilidades de mi clan, el control de la sombras.
Deje que mi cuerpo fuera tragado por mi propia sombra, materializándome en ellas, viajando por el suelo a través de otras sombras para huir del ataque de Hitomi. Entonces ante su mirada de asombro, volví a mi aspecto normal, apareciendo detrás de ella.
-Cometiste un gran error al atacarme en la noche Hitomi.-Le dije mirándola con precaución.-Recuerda que la oscuridad es mi elemento… ¡Prisión de sombras!
La sombra de Hitomi cobro vida y la ato de sus extremidades, no dejando que esta se moviera.
-No tengo ningún interés en el clan Shinto, Hitomi.-Le dije, mirándola sin interés.-Aun cuando estén obsesionados con la justicia, te he dicho que no deseo lastimarte. Te soltare si prometes irte tranquilamente.
-Quien cometió un error fuiste tu Yue, al dejar mi rosario libre… ¡Purificación de cuentas!
El rosario que Hitomi traía en su cuello se separo en cada cuenta, purificando mi poder y eliminando las ataduras en el cuerpo de Hitomi, esta se concentro, y ahora las cuentas de su rosario flotaban alrededor de ella.
-¡Prisión sagrada!
Una vez Hitomi pronuncio su hechizo, las cuentas se dirigieron a mi, rodeándome, yo active un escudo protegiéndome con mi sombra, haciendo que esta me rodeara.
-Es muy tarde Yue.-Me advirtió Hitomi a lo lejos.-Tú escudo de sombra no servirá ¡Pergaminos sagrados!
Los pergaminos benditos de Hitomi se dirigieron a cada lado de mí, mire con sorpresa como desvanecían mi escudo, y al instante, sentí un ardor y agudo dolor por todo mi cuerpo, la magia sagrada de Hitomi me afectaba mucho por controlar la oscuridad y a los demonios.
***
No hacía mucho desde que había sentido la magia de Yue y otra energía desconocida, así que ahora me dirigía hasta el lugar de donde yo sentía que provenían las 2 energías.
Me acerque a un claro, y los vi a lo lejos desde los arbustos. Yue estaba tirado de rodillas en el suelo, gritando de dolor a causa de un hechizo con magia espiritual, que lo mas seguro es que era provocado por la chica de cabello morado frente a él.
Me acerque a ellos para ayudarlos, pero una afilada y brillante espada que apareció frente a mi no me dejo avanzar.
-Alto
-¿Quién eres?
Delante de mi, se encontraba un chico vestido de manera extraña, sus vestimentas me recordaban a la de los Ninja, sólo había visto fotos de ellos en los libros de historia antigua, pero el chico frente a mi, en verdad parecía uno.
-No puedo dejar que intervengas en el trabajo de Hitomi-sama.-Me dijo el chico, sonriéndome traviesamente.-Si no, sería un pésimo guardaespaldas.
-¿Qué?
Le pregunte confundido, el chico comenzó a atacarme, haciendo que tuviera que activar un escudo para protegerme.
***
En mi cuerpo, comenzaron a surgir pequeñas cortadas, pero eran lo suficientemente profundas para hacerme sangrar. Ahora sentía todo mi cuerpo pesado, y me encontraba jadeando de rodillas en el suelo, incapaz de escapar a pesar de que Hitomi ya había desvanecido su conjuro.
-¡Basta Yue!
Me grito Hitomi furiosa, y al instante, sentí como traspasaba mi vientre con su brillante cuchilla.
-¿¡Por que no te defiendes, por que no me atacas?!
El grito de Hitomi me pareció más de desesperación que de enojo. Sentí el sudor frío recorrer mi frente, y me detuve la herida tratando en vano que dejara de sangrar, junte fuerzas y le conteste débilmente.
-No ganaría nada haciéndolo.
-¿Por qué ingresaste a Maho?
-Creí que al graduarme…-Le conteste débilmente.-Encontraría alguna manera de librarme de la maldición… al controlar mejor mis poderes.
-El clan de Dasarev cometió un pecado.-Me dijo Hitomi dedicándome una tierna y preocupada mirada.-Y por desgracia, a ti te toco pagarlo, te liberare de él… matándote y purificándote, ese es el mandato de mi honorable padre, líder del sagrado clan Shinto.
Escuche un zumbido delante de mi, y vi como la cuchilla se dirigía a mi cuello.
***
El chico no me dejaba avanzar, me seguía atacando con kunais, su espada Ninja ninjato y su magia, a pesar de que ninguno lograba traspasar mi escudo.
-Por favor, detente.-Le dije en tono suplicante.-No se quienes son ustedes y tampoco quiero herirlos, pero… ¡no puedo dejar que lastimen a Yue!
-¡Y yo ya te dije que no dejare que detengas a Hitomi-sama!
El chico blandió su ninjato, y se dirigió a atacarme, en ese instante se me ocurrió algo. Desvanecí mi escudo, y esquive su estocada justo a tiempo, al instante, comencé a pronunciar un hechizo.
-¡Susurro del ángel!
Me di cuenta de que mi hechizo surtió efecto al ver como el chico caía al suelo, incapaz de moverse.
-No… no puedo moverme…
Dijo en voz baja el chico, me disculpe ante él, y me dirigí a donde estaban Yue y la chica.
***
Sentí como la sangre resbalaba por mi brazo, eso era a causa de haber detenido la afilada cuchilla de Hitomi con la palma de mi mano, vi lentamente como un pequeño charco de sangre se formaba debajo de mi y mi parche resbalo al suelo cayéndose al lado del charco.
-Ja, ja, ja… que graciosa eres.-Le dije sarcástica y fríamente.-Con que pecado ¿eh? ¡No seas idiota Hitomi! ¡No generalices! -Junte fuerzas, y fui alejando lentamente el arma de Hitomi.-Solamente un vil gusano cometió el pecado, un pecado que los demás debimos pagar… Pero está bien, dejare que tu clan haga justicia.
Tome con mis 2 manos la parte del bastón del arma de Hitomi, y acerque la cuchilla al centro de mi garganta, Hitomi sostenía el arma del otro extremo.
-Date prisa y mátame Hitomi, aun no es tarde.
Hitomi se sorprendió mucho al oír esto y comenzó a temblar, de pronto, para mi sorpresa, esta comenzó a llorar.
-Yue… no hagas esto…
Me dijo en un susurro, acerque más la cuchilla y le conteste.
-Descuida, me doy cuenta que es lo mejor.
Y en verdad así lo sentía, en ese momento, era lo que yo más deseaba, ya no se lo decía a Hitomi, se lo suplicaba.
-Aun no es demasiado tarde.-Le dije en tono tranquilo y calmado.-Aun no encuentro a mi ángel… ¿entiendes lo que te digo verdad?
-Yue…
Me dijo Hitomi entre sollozos, sin dejar de temblar.
-Anda, tanto tú como yo sabemos que es lo mejor, ya no quiero seguir sufriendo así. Así todos estarán mejor, nadie será condenado.
Sentí la punta fría del arma en mi cuello, si Hitomi no me mataba, lo haría yo. Ya sólo faltaba que perforara mi garganta, cuando un ataque que lanzo destellos por todas partes hizo que Hitomi y yo soltáramos el arma y esta callo al suelo, manchada con mi sangre.
***
-¡Alto, detente!
Le grite a Hitomi, acercándome hasta donde estaban ella y Yue. Me coloque delante de Yue sin mirarlo, y extendí mis brazos para protegerlo, después, volví a dirigirme a Hitomi.
-¡Detente! ¿Quién eres tú? ¿Por qué lastimas así a Yue?
-Akari
Escuche a Yue muy sorprendido detrás de mi, no me moví ni un centímetro y mire con precaución a Hitomi, la cual había calmado su llanto delante de mi.
-No dejare que lastimes a Yue…
-¿Lastimarlo? Si, se que debo hacerlo.-Dijo Hitomi como en un transe, bajando la mirada.-Mi deber es matarte Yue, por lo que hay en tu interior… ¡pero no puedo, nunca me atrevería!-Hitomi levanto su mirada del suelo, y miro a Yue directamente a los ojos, con gran tristeza y desolación reflejados en su rostro.-Por que te amo Yue… me he enamorado de ti…
Me sorprendí mucho al oír esto, Yue también debió hacerlo, pero a pesar de eso, Yue permaneció en silencio, sin contestarle nada. Hitomi al parecer no esperaba una respuesta, pues se tiro al suelo de rodillas y comenzó a llorar de nuevo, cubriéndose el rostro con sus manos.
-Desde el primer día en que te vi… ¡por eso nunca podré matarte! Pero siempre te busque por que deseaba verte. Se que es mi deber acabar contigo, pero… ¿Qué se supone que deba hacer si el cazador se enamoro de su presa, Yue? Lo ideal sería que tu me mataras a mí ¿no crees?
-Hitomi…
Dijo Yue en voz baja con tristeza, Hitomi comenzó a llorar más desconsoladamente.
-¡¡Perdóname papá!!
-¡¡Hitomi-sama!!
Yashida salió de entre los arbustos, me sorprendí al verlo pues eso significaba que había logrado romper mi hechizo. Yashida se acerco hasta Hitomi, y la rodeo con sus brazos, abrazándola tiernamente, Hitomi no paraba de llorar.
-Tranquila Hitomi-sama…-Yashida miro a Yue con desaprobación y tristeza mezcladas.-Yue… el clan de Dasarev debe recibir su castigo y lo sabes bien… Nos volveremos a ver.
Tras decir esto, surgió una gran cortina de humo, y una vez despareció, lo mismo habían hecho Hitomi y Yashida. Yo no podía creer lo que Yashida acababa de decir, que Yue era del clan de Dasarev.
-¿Dasarev? Yue… ¿eres del clan de Dasarev?
Voltee a verlo, pero era la primera vez que lo veía desde que había llegado a defenderlo de Hitomi y me sorprendió su aspecto.
El parche de Yue se había caído, pero en lugar de ver un hueco en su ojo izquierdo no vi eso. El ojo de Yue seguía ahí, pero su pupila era de un color rojo profundo, del mismo tono de la sangre, mientras que su iris era rasgada, una línea perfectamente vertical color negra, como los gatos de los cuales descendíamos, pero si recuerdan lo que les había dicho, los halfs, a pesar de ser humanos-gatos conservábamos nuestros ojos humanos, por lo que Yue no debía tener su ojo así.
-Yue… tu ojo…
Le dije casi en un susurro. Yue se toco con su mano su ojo izquierdo, al instante de darse cuenta se sorprendió mucho, y comenzó a buscar desesperadamente su parche, al encontrarlo, se lo puso de inmediato.
-Maldición, no me di cuenta de que se cayó.
Dijo Yue alarmado, yo extendí lentamente mi mano para tocar su rostro, me sentía muy preocupado.
-No perdiste tu ojo… Yue ¿Qué le paso a tu ojo?
-¡No te me acerques!
Me grito Yue, y se movió hacia atrás para alejarse de mi, pero ese repentino movimiento lo lastimo, haciendo que sus heridas comenzaran a sangrar de nuevo, este se quejo en voz baja.
-Debemos llevarte a la enfermería, pero…
Le dije sin poder evitar mirar su parche con preocupación y asombro. Yue volteo su rostro incomodo, y me dijo muy enojado.
-Si, esta bien, ya descubriste mi secreto. No perdí mi ojo si no que lo oculto.
-¿Pero por que?
Le dije con sinceridad, sin entender que pudo haber pasado para que tuviera el ojo así ¿Acaso a causa de eso Hitomi había querido matarlo?
Yue me miro a los ojos con miedo y frialdad, una mirada que me asusto bastante.
-No seas entrometido y ni se te ocurra contárselo a nadie… o te ira mal.
-De acuerdo.-Le dije sonriéndole.-Ojala y algún día puedas contarme.
Al verme Yue sonreír, no se por que, pero su mirada se tranquilizo mucho, yo aproveche eso y me acerque a él, tomándolo con cuidado del brazo.
-Vamos, te ayudare a llegar a la enfermería.
-¡No me toques!-Me grito y alejo su brazo de mi mano.-Jamás vuelvas a tocarme otra vez.
Me dijo Yue en tono de advertencia, se dio media vuelta y se alejo lentamente de mí, dejándome con miles de preguntas en la mente que era obvio que no iba a querer contestar. 

+Continuará+

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